¡La Villa de fiesta!

San Carlos vivió la tarde más importante de su historia y ascendió en medio de un marco de gente impresionante, que se extendió a lo largo y a lo ancho de Berisso

SENSACIONES
Por RODRIGO CHAGARAY

Locura sin fin. Extasis y festejo, que desbordó la Avenida Montevideo, la Génova, las calles 24, 25 y 26. El barrio de Los Talas, la Nueva York. La “vida” color Celeste, Celeste Campeón.

Porque desde muy temprano, Berisso sabía que no iba a ser un día más. Claro que no lo fue, porque en el calentamiento ya el plantel entero de la Villa recibió las primeras caricias de su gente, que reventó el Genasio Sálice. Y anticipó la fiesta.

Entre las miles de camisetas “villeras”, incluso se vieron algunas caras conocidas como la del capitán de Gimnasia: Lucas Licht, quien junto al Toti Jonathan Chaves presenciaron la consagración de San Carlos.

Enseguida llegó el gol de Martín Troncoso y todo literalmente explotó.

Cientos de banderas le dieron al estadio de San Carlos un aire soñador: “Más pasa el tiempo, más villero soy”; “Filial Pasión Villera”; “Los pibes de la 29”; “La razón de mi locura”; “Orgullo de la ciudad”; “Barrio Obrero”. Entre el humo celeste y blanco, los trapos y los techos de las casas que dan a la calle 172 como improvisadas tribunas, transcurrió esta tarde de sol en Berisso, dónde San Carlos gritó campeón.

Hasta se tarareó al unísono de miles de voces el Himno Nacional, en sintonía con el 25 de Mayo.

El partido en sí, para los hinchas, no revistió mayor análisis. Tanto como el que jugaron en Vicente López Platense y Estudiantes de Caseros. De hecho, aún no había sonado el pitazo final del árbitro Suárez y los fuegos artificiales explotaron en el cielo de Berisso, anticipando la gran celebración.

Lo que vino después fue el festejo de todo el “pueblo celeste”, que copó la sede de Montevideo y 25 y saltó, bailó y deliró hasta que a eso de las 17:30, dos camiones doblaron por la Montevideo y mostraron al plantel entero subido a la gloria.

El Pollo Raverta, Vegetti, Coloca, Menghini, el Cebolla Giménez embanderados en Celeste, con sombreros y paraguas, le fueron dando forma a la continuidad de la celebración.

Allí, sonó bien fuerte el grito de “dale campeón, dale campeón”, en una fiesta que se extendió por varias horas en pleno centro de Berisso.

Por eso, ¡salud San Carlos... Nacional!

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