Campeones de la humildad
| 26 de Mayo de 2013 | 00:00

ENFOQUE
Por ADRIAN D''AMELIO
Quién te ha visto y quién te ve: Villa San Carlos en la Primera B Nacional. Atrás quedó toda la bronca y el trago amargo que significó el gol anulado a Pablo Vegetti contra Chacarita en la fecha pasada. La Villa es una fiesta y Berisso celebra el histórico ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino.
Bien merecido lo tiene, porque durante estos años hizo las cosas de manera ordenada, algo que no abunda en nuestro fútbol, donde la mayoría de los clubes tiene sus cuentas en rojo. Un verdadero ejemplo, ya que al margen de lo estrictamente futbolístico también creció como institución.
Muy pocos creían en este equipo de San Carlos. Pero fue superando etapas en silencio y siempre con los pies sobre la tierra.
Le tocó toparse con equipos poderosos, que supieron jugar en Primera División, e inclusive, salieron campeones, como Chacarita. Además, el presupuesto de varios clubes de la categoría triplicó el de la Villa, algo que le agrega brillo a su conquista.
Se le confió el timón del barco a Ricardo Rezza, una persona seria y respetada en el fútbol.
El DT le sumó a la base del equipo que venía actuando desde hace un par de temporadas, jugadores como Pablo Vegetti (un goleador observado por equipos de Primera División y también del exterior), Guido Rancez y Martín Troncoso, futbolistas que hasta hace poco actuaban en el interior y eran prácticamente desconocidos.
Claro que en la elección de estos futbolistas, como Vegetti y Rancez, también tuvo mucho que ver Miguel Restelli, ayudante de campo y mano derecha de Rezza, ya que los dirigió en Colón de San Justo, un equipo de la Liga Santafesina.
Además, la Villa no fue superado físicamente por sus rivales y prácticamente las lesiones musculares no fueron un problema, lo que demuestra el trabajo del profe Gabriel Martínez Poch.
En una categoría como la Primera B Metropolitana, la Villa impuso una regla difícil de aplicar como es el “Fair Play”. Apenas un expulsado y pocos jugadores que llegaron al límite de amarillas en un torneo largo de 42 fechas. Todo un mérito.
La Villa, que tuvo sus raíces en la Liga Amateur Platense, hoy llega a la Primera B Nacional por méritos propios. Un club modesto y con un plantel que quedará para siempre marcado a fuego en la historia, como los campeones de la humildad.
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