Los casos más insólitos

Siempre listos. Para sofocar incendios, retirar personas de vehículos accidentados o rescatar víctimas de derrumbes. Pero los bomberos están prestos además a salir de sus cuarteles por situaciones más insólitas.

Los cuarteles y destacamentos de la Región son un mundo de anécdotas. En el casco urbano platense los bomberos han tenido que correr a más de un mono suelto en la vía pública; trasladar de un hospital a otro, en carretón, a un enfermo obeso; saltar de una ventana lindera a un departamento para buscar las llaves que el ocupante olvidó adentro; y socorrer a un vecino que haciendo trabajos domésticos le quedó un dedo atrapado adentro de un caño. Las emergencias insólitas se relacionan con los contextos de cada zona. Mientras que en los sectores urbanizados se repiten con regular frecuencia los rescates de mascotas o, ya con relativa habitualidad, las actuaciones en casos en que alguna persona fuera de sí amenaza con arrojarse desde una altura peligrosa, en las áreas de la periferia son más comunes los salvatajes de ganado atascado o la aparición de lagartos overos, comadrejas y otros animales.

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