Odisea, polémicas y locas historias

ENFOQUE
Por EDUARDO TUCCI

Bandera de cuadros para los 8.859 kilómetros más duros de la historia del Dakar. Nunca tanta exigencia condensada en un itinerario que puso al límite de sus posibilidades a máquinas y hombres de distintas partes del mundo, dispuestos a hacer frente a los peores escenarios durante 14 días cargados de tensión.

Como si fuera poco, además de las múltiples historias que dejó el tránsito de las máquinas por zonas desérticas e inhóspitas, en los tramos finales de la carrera el equipo Mini desató la polémica que faltaba. La orden de prioridad para Roma sobre Peterhansel desató una feroz pelea entre ambos que incluso se trasladó al desarrollo de la prueba.

“El maneja como un taxista”, tiró “Monsieur Dakar” para referirse al español que, ni lerdo ni perezoso, respondió: “Parezco el malo de la película pero no lo soy, no estoy aquí de casualidad, me da mucha rabia todo esto”.

Sin dudas que la decisión sobre quién debía imponerse -algo muy usual en la F-1 y otras categorías top-, tapó por un instante las secuelas que habían dejado las durísimas etapas anteriores, con récord de abandonos y percances.

LA TRAGEDIA

Quienes ayer subieron al podio y los que se quedaron con las ganas haciendo planes para 2015 jamás olvidarán lo vivido. Las historias todavía están calientes con el viento y la arena como protagonistas centrales en una escenografía donde, lamentablemente, no estuvo ausente la tragedia.

La muerte del motociclista belga Eric Palante, y el accidente fatal sufrido por dos periodistas cordobeses cuando promediaba la carrera, fueron fiel testimonio de esta lucha permanente contra lo desconocido a la que se lanzaron desde Rosario más de 400 valientes y que completaron muy pocos.

Entre las historias que ya pasaron a engrosar el archivo de la carrera más exigente del mundo, está la de los tripulantes del camión de asistencia del argentino Emiliano Spataro, que debieron soportar las máximas inclemencias durante 40 horas hasta que los rescataron en el medio de la nada después de sufrir un espectacular vuelco.

Pero también la aventura tuvo cara de mujer: Alicia Reina, la primera argentina que compite en la historia del duro Rally, tuvo que pasar toda la noche en el desierto del Nihuil por la rotura de un amortiguador de su camioneta. A su lado también se quedó José Luis Di Palma -hijo mayor del genial “Loco Luis”, otrora notable piloto de TC-, y juntos debieron esperar hasta las 4:30 del otro día para poder seguir su marcha con la aparición del sol.

SITUACIOn EXTREMA

La situación extrema la vivió otro argentino. El bonaerense Andrés Germano tripulaba su camión por el desierto catamarqueño con más de 50 grados de temperatura cuando, entre incrédulo y sorprendido, observó como un piloto corría en ropa interior y con sus botas de competición puestas.

“Paramos y lo subimos al camión. Estaba como loco, le dimos mucha agua, pero igual se desvaneció. Por suerte enviamos la señal de alarma y vinieron para asistirlo”, contó el piloto de Pedernales.

Después se enteraron que habían auxiliado a Enric Martí, un motociclista español que se había extraviado horas antes en medio de la travesía.

Así cerró el Dakar 2014. La edición más exigente de todas con vivencias apasionantes, polémicas y trágicas. Cada campamento, al término de las etapas, resultó la caja de resonancia de las historias más disparatadas. Hombres y máquinas escribieron otra página más del singular desafío, que ya es todo un clásico en la apertura del año deportivo argentino.