El almohadón de Mujica, furor en Punta del Este

Se vende a unos 75 dólares y es uno de los artículos de moda en la meca del jet set regional

Un almohadón que luce la estampa del presidente uruguayo José Mujica, famoso por su austero modo de vida, se ha convertido esta temporada en uno de los artículos más de moda en Punta del Este, donde pasa sus vacaciones gran parte de la alta sociedad rioplatense.

El artículo, que puede ser adquirido por 1.500 pesos uruguayos, unos 75 dólares, lo distribuye una tienda de decoración y muestra la cara sonriente del mandatario.

En Punta del Este, donde abundan los hoteles exclusivos, los autos de gran cilindrada y los restaurantes vanguardistas, refugio habitual de la "jet set" regional en temporada de verano, la imagen de Mujica, que vive en una humilde chacra a las afueras de Montevideo, ha sido recibida "como un icono" por sus visitantes, según dijo el propietario de la tienda Mutate, Gonzalo Massa.

"La verdad es que lo traje este verano porque me pareció algo curioso, y no pensé que iba a generar lo que ha generado. No son nuestros, lo diseñaron unos chicos de Montevideo que lo hicieron porque les gusta Mujica y le tienen cariño", explicó Massa.

El éxito del almohadón con el rostro del presidente al estilo de los retratos pop art es tal que su eco ha saltado las fronteras uruguayas, algo que según sus creadores se debe a que el mandatario genera "una imagen de confianza".

"No es que sea lo más vendido, pero genera sensación entre los visitantes. Todos entran, lo miran, lo comentan, pasan la voz. Los que se lo llevan lo hacen como 'souvenir', como un recuerdo de Punta del Este, como una anécdota", dijo, en este sentido, Massa.

El desdén de Mujica por el lujo y la ostentación contrasta con la esencia misma de la temporada estival en Punta del Este, con sus yates y fiestas privadas para el mundo de la farándula.

De hecho, Mujica ha viajado muy poco a la localidad desde que es presidente, a donde fue tan solo invitado por inversionistas o empresarios para tratar de sus negocios en Uruguay.

Tal es así que Mujica se deshizo nada más asumir el poder de la casa de verano propiedad del Estado ubicada en el balneario que estaba disponible para que allí pudieran descansar los mandatarios en ejercicio.

En un principio, Mujica pensó en dedicar la casa para hacer un refugio a jóvenes sin hogar, si bien finalmente se decidió por vender la pequeña mansión, valorada en unos 2,6 millones de dólares, y dedicar es dinero a programas de inclusión social

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