Un platense fue a bailar a local de Necochea y sufrió una paliza

Un patovica lo confundió con un ladrón. Junto a varios más, le desfiguraron la cara y le quebraron cuatro costillas

EL ROSTRO DESFIGURADO Y ENSANGRENTADO DEL COCINERO PLATENSE ATACADO POR LOS PATOVICAS

El plan de descanso que el platense Arturo González Iborra (27) había imaginado para disfrutar del fin de semana largo, lo tenía entusiasmado.

Viajó a Necochea junto a otros familiares -oriundos de esa localidad- para asistir el sábado a un cumpleaños de 15 y aprovechó la tarde del domingo con algunas de las actividades recreativas previstas por un nuevo aniversario de aquella ciudad balnearia.

Pero mientras compartía esos momentos de esparcimiento con amigos, decidió también ir con tres de ellos a un boliche bailable.

Ni remotamente sospechó que esa salida iba a transformarse en la antesala de un brutal ataque lo tuvo como víctima, lo mandó a un hospital y bien pudo costarle la vida.

lluvia de golpes

La paliza que sufrió Arturo González Iborra -quien trabaja como cocinero en una embarcación cada 15 días en Mar del Plata- motivó que sus familiares radicaran una denuncia penal en una fiscalía necochense.

En una charla con EL DIA, su hermano Matías reveló detalles del sangriento episodio que “ocurrió en la madrugada del lunes en un boliche bailable de 4 y 87”, de Necochea.

Sobre cómo se desencadenó la agresión, sostuvo que “fue cuando se iba a retirar del local con sus tres amigos. Agarró las camperas del grupo, que habían quedado en una de las sillas”.

“Pero un patovica lo vio y creyó que se las estaba robando. Entonces lo increpó y antes de que mi hermano pudiera explicarle que la ropa era de ellos, le dio una trompada en la cara”, explicó.

Según su hermano,“Arturo cayó al piso” y fue ahí donde “empezaron a pegarle entre cuatro patovicas. Lo sacaron a la calle y siguieron pateándolo durante varios minutos y delante de varios testigos”.

Fueron los amigos del platense agredido quienes después lo subieron a un remís y lo trasladaron al hospital de esa ciudad “Emilio Ferreyra”, donde estuvo internado hasta ayer al mediodía.

Sobre las lesiones que los custodios de ese local le provocaron, Matías citó que “le tuvieron que dar 20 puntos de sutura del lado de adentro de la boca, tiene el ojo derecho con la visión comprometida y le fracturaron cuatro costillas”.

Ahora Arturo se repone de la tremenda paliza en la casa de un familiar, en Necochea. “Todavía no sabemos cuándo volverá a su casa” de 55, 7 y 8, dijo Matías.

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