Estudiantes: un puntito y nada más
Edición Impresa | 19 de Octubre de 2014 | 00:00
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Estudiantes jugó con un equipo alternativo para darles descanso a quienes lo harán en Montevideo. Pero promediando el segundo tiempo Mauricio Pellegrino no soportó ver tantos errores dentro de la cancha y les pidió que se sacaran sus buzos a Mauricio Rosales, Guido Carrillo y Román Martínez. Así cambió el rumbo de un encuentro que se encaminaba a una segura victoria del local, que con un poquito de fútbol y el oportunismo necesario se estaba quedando con los tres puntos.
Rosales se hizo presente en los laterales. Primero por la derecha y luego por la izquierda, fue clave para empujar al equipo, que así pudo quedarse con la pelota y empezar a lastimar a su oponente, que ya se había empezado a perder seguridad y estado físico.
Entonces, con la recuperación de Román Martínez en la mitad de la cancha y todo lo que generó Carrillo en ataque, el Pincha fue arrinconando a Banfield. Por eso, un desborde de Rosales (con pausa incluida) terminó en un centro al corazón del área que el delantero de Magdalena transformó en gol con un certero cabezazo al palo izquierdo de Servio. Fue el empate a falta de diez minutos que enmudeció la cancha y le abrió las puertas a la justicia. ¿Acaso el local había hecho méritos para quedarse con todo el premio?
LOS SUPLENTES NO PUEDEN
A los 7 minutos lo tuvo Cerutti, quien se aprovechó del resbalón de Tagliafico para quedar solo con el arquero, que estuvo bien al desviar un remate con destino de gol.
Cinco minutos después pudo ser gol de Mauricio Carrasco, que solo se inventó una situación de gol que el mismo arquero desvió al córner.
Y a los 20 el delantero nacido en el sur volvió a quedar en posición de gol tras jugada colectiva con Cerutti y Graciani. Esta vez remató afuera.
A partir de ese momento Banfield empezó a avisar de sus necesidades. Nicolás Bertolo fue una pesadilla para Aguirregaray y Walter Erviti les enseñó a sus compañeros que por arriba podía estar la llave del triunfo.
Fue por esa vía que el local encontró el gol. Centro cruzado que Agustín Silva no logró contener (acusó falta de Salcedo que no existió), la pelota quedó en poder de Emiliano Terzaghi que puso el 1-0 y le bajó el telón al primer tiempo.
Estudiantes volvía a sufrir la falta de jerarquía y la derrota parecía que volvía a sacar entrada. Pero Pellegrino tuvo otros planes, se animó a mover el banco y los titulares lo salvaron. El plantel no es tan largo como se pensaba, pero eso será tema en el verano. Ayer de Banfield se trajo un punto y algunas certezas: hay jugadores mejores que otros y algunos que siguen desperdiciando chances de mostrase en Primera.
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