Quince condenas a perpetua por los crímenes en “La Cacha”

Con estas sentencias llegan a 559 los imputados por genocidio durante la última dictadura militar

El Tribunal Oral Criminal Federal I de La Plata condenó ayer a la pena de prisión perpetua a 15 de los 21 represores, entre ellos el policía Miguel Etchecolatz, acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en el centro clandestino de detención conocido como “La Cacha”, ubicado en Lisandro Olmos.

Con estas sentencias ascienden a 559 los condenados por genocidio durante el régimen que se extendió de 1976 a 1983.

Los jueces Carlos Rozansky, Pablo Vega y Pablo Jantus impusieron, además, penas de 13 años de prisión a tres ex integrantes del Destacamento de Inteligencia 101 del Ejército; a 12 años al militar retirado de la Armada Juan Carlos Herzberg, y absolvieron al ex militar Luis Orlando Perea.

En la lectura de cada sentencia se mencionaron los nombres de las víctimas de aquellos crímenes entre las que figuran Laura Carlotto, hija de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto; y la privación ilegítima de la libertad de Antonio Bautista Bettini, padre de Carlos Bettini, actual embajador argentino en España.

El final de juicio se desarrolló en orden, con una gran concurrencia de público que acató las directivas del Tribunal y no provocó incidentes con los acusados que debieron estar presentes durante la lectura de la sentencia.

La fiscalía había pedido prisión perpetua para 18 acusados, entre ellos Miguel Etchecolatz; y penas de 16 años prisión para Juan Carlos Herzberg y de 14 años de prisión para Rufino Batalla, a la vez que solicitaron la absolución de Luis Perea.

Por otro lado, la querella que representó a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, pidió la pena de prisión perpetua para Anselamo Palavezzati, Carlos Romero Pavón, Isaac Crespín Miranda, Carlos Hidalgo Garzón, Jorge Di Pasquale, Ricardo Fernández, Miguel Angel Amigo, Roberto Balmaceda, Gustavo Cacivio, Emilio Herrero Anzorena, Héctor Acuña, Batalla, Raúl Espinoza, Claudio Grande, Perea y Jaime Lamont Smart.

Por su parte, la querella encabezada por Verónica Bogliano y Leticia Baibiene requirió la pena de prisión perpetua para Hidalgo Garzón, Fernández, Anzorena, Pavón, Smart, Cascivio, Perea, Palavezatti, Espinosa, Grande, Batalla, Miranda y Acuña.

INCIDENTE

En el final de la lectura del fallo se produjo un incidente menor cuando el condenado Héctor Raúl Acuña la emprendió a gritos de “asesinos, anti patrias” contra familiares de las víctimas y miembros de espacios de Derechos Humanos.

Acuña tuvo una crisis nerviosa y forcejó durante algunos minutos con un nutrido grupo de guardiacárceles que lo cercaron ni bien se paró de su asiento y emprendió con los insultos.

INSULTOS

Un rato antes el ex comisario Miguel Etchecolatz, otro de los condenados en el juicio de ayer, fue llamado a mantener la compostura por autoridades del Tribunal por algunas expresiones suyas, insultantes, que formuló en voz alta.

En ese marco, un guardia se le acercó y le ordenó que mirase al frente. Es que Etchecolatz había dirigido miradas desafiantes al sector del público en el que estaba la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

El centro clandestino de detención “La Cacha” estaba ubicado entre las calles 191, 196, 47 y 52 de La Plata, contiguo al penal de Olmos y en las antiguas instalaciones de Radio Provincia; funcionó desde 1976 a 1978 y operó como una maternidad clandestina. Los represores le decian “La Cacha” porque se jactaban en decir: “Estás en La Cacha (casa) de Cachavacha, la bruja que desaparece gente”, en referencia al personaje animado Hijitus, de Manuel García Ferré.

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