Se resistió a un robo y lo cortaron con una cuchilla

“Le arruinaron la cara”, resumió una fuente acerca de cómo le quedó el rostro a un joven de 28 años que sufrió un asalto callejero en el barrio El Mondongo. El origen de esa herida tan importante, propinada con una cuchilla, fue que la víctima se negó a que le robaran la moto.

Hacia las 18.30 del jueves, una pareja llegó en moto hasta una ferretería en diagonal 73 entre 116 y 117. Los dos se bajaron con la intención de entrar en el local, contó un vocero de la comisaría 9ª.

A los pocos minutos también pasó por el lugar un vendedor ambulante, de 25 años, que cargaba al hombro una bolsa con las mercaderías que en teoría estaba ofreciendo casa por casa.

De repente, él fue directo hasta la moto de la pareja y empezó a increpar al hombre para llevársela robada.

Según la policía, la víctima se resistió al asalto. Pero no se aclaró si lo hizo sólo de palabra o si atinó a forcejear con el ladrón.

Como haya sido, el delincuente se anticipó a cualquier acción del muchacho y le lastimó la cara. Lo hizo con una cuchilla que sacó de repente, bien afilada y puntiaguda.

Lo peligroso de ese arma blanca quedó en evidencia en un segundo: al joven asaltado le abrieron “un tajo en la cara de más de 10 centímetros de largo, desde el pómulo hasta la carretilla”, graficó una fuente en diálogo con este medio.

uno internado, el otro detenido

Como suele ocurrir cada vez que en un robo una persona termina lastimada, la tarea policial se dividió en dos. La prioridad de unos fue llevar rápido al damnificado al hospital San Martín, mientras que los otros agentes se apuraron en correr al ladrón.

Sin robarse la Honda Wave (una de las motos más codiciadas por los ladrones, según lo que explican a menudo los efectivos que caminan la calle todos los días), el delincuente se escapó a pie.

Algunos testigos lo vieron y lo delataron a la policía. Después de un operativo que cercó la zona de escape del delincuente, los oficiales pudieron atrapar al fugitivo en 68 y 119.

Cuando lo revisaron, encontraron que dentro de la bolsa que cargaba el hombre tenía oculta la cuchilla con la que agredió a su víctima, todavía con algo de sangre pegada en la hoja. Alrededor, los fibrones y curitas que intentaba vender.

El detenido quedó imputado en una causa por intento de robo calificado, más el cargo de “lesiones graves” por el cuchillazo. La fiscalía lo indagará para conocer su versión del episodio.

La víctima del robo pasó varias horas en el Policlínico, en donde suturaron la herida. La marca, según un vocero, tiene aspecto de implacable: “Tal vez dentro de dos meses se pueda saber si le pueden sacar la cicatriz”, explicó.