Apuñalaron a un vigilador en el Parque Ecológico

Ocurrió ayer a la madrugada. De los agresores, por ahora, no hay ningún rastro

LA MADRE DEL VIGILADOR QUE FUE APUÑALADO EN EL PARQUE ECOLÓGICO. HABÍA CONSEGUIDO ESE TRABAJO HACE POCOS DÍAS

Tiene 23 años y “cada vez se le hacía más difícil conseguir algún trabajo”, contó su mamá. Pero consiguió un puesto como cuidador municipal de espacios verdes. Uno de los primeros destinos que le tocó fue el Parque Ecológico, que marca el límite entre las localidades de City Bell y Villa Elisa.

Sobre el acceso a ese predio, en el camino Centenario, a la altura de la antiguamente conocida como “curva de la muerte”, Guillermo Antenucci cumplía ayer a las 2 de la madrugada con su tarea de prevenir delitos u otros incidentes.

De golpe, el joven vio que “tres jóvenes entraron al parque y empezaron a fumar marihuana”, indicó una fuente policial. Sin embargo, otro vocero deslizó que en realidad todo habría sucedido en la parte de afuera de ese predio.

Según Marta Belmonte, su madre, Guillermo les dijo que se alejaran del Ecológico, a mitad de camino entre la sugerencia y la orden. “El no tiene poder de policía, fue más una actitud disuasoria”, opinó su padre.

Al parecer, uno de ellos “le hizo caso y siguió caminando. Pero de atrás apareció otro que sacó una cuchilla y le pegó en el pecho”, relató la mujer ante la consulta de este medio.

En el medio del agite de la situación, al vigilante se le cayó el handy con el que se comunica con sus pares y por eso tardó un momento más en pedir auxilio. A todo esto, los peatones salieron corriendo y nada se sabe de ellos.

Guillermo fue socorrido por la Policía y en un minuto se corroboró que el corte que tenía “era superficial, casi un raspón”, dijeron aliviados sus padres. No hay certeza al respecto, pero al parecer “ni siquiera lo tuvieron que internar”.

Vecino de Altos de San Lorenzo, el muchacho consiguió ingresar en una cooperativa municipal y la primera tarea que le adjudicaron fue el de trabajar en los horarios en los que está de franco la mayoría del personal estable.

“Empezó el fin de semana pasado. Es un trabajo que le sirve para agarrar algo de plata. Este era el último de los tres días que le tocaba estar allá”, remarcó su madre, para después agregar: “Estaba contento cuando empezó, pero ahora anda muy asustado”.

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