Lisboa, plena y divertida

La capital de Portugal sorprende con sus tesoros históricos y arquitectónicos y ofrece una variada cantidad de recorridos para los amantes de la historia. Además, su clima templado -durante todo el año- hace que visitarla sea un placer. Además, para los amantes del mar, ofrece playas a pocos kilómetros del centro de la ciudad

Lisboa es lo suficientemente pequeña como para no sentirse desbordado por su tamaño, pero a la vez lo suficientemente grande como para no sentirse aislado o para tener la misma vida y servicios que cualquier otra capital europea.

Su temperatura es envidiable durante todo el año, su marcha nocturna y su ambiente de ocio es de los mejores de Europa, cuenta con algunos de los centros comerciales más grandes del continente, hay playas de muy buena calidad a pocos kilómetros del centro de Lisboa y, en lo que se refiere a monumentos, la ciudad de Lisboa es simplemente impresionante.

CENTRO DE LISBOA HISTORICO Y MODERNO

El concepto de centro de Lisboa ha variado mucho en las últimas décadas. El tradicional centro histórico de Lisboa a orillas del río Tajo- la, muy visitada Baixa Pombalina, ha quedado relegado en los últimos años a ser únicamente un destino turístico y comercial, mientras otras zonas situadas algunos kilómetros más al norte han ido ganando importancia como centro económico de la Lisboa moderna.

Muchas personas que viajan a hacer turismo en Lisboa por pocos días acaban, incluso, por no pisar la parte donde transcurre la vida de la Lisboa moderna, donde se mueve la mayoría de la actividad económica y laboral de la ciudad más importante de Portugal. Y la verdad es que, en una visita corta a Lisboa, es prescindible; aunque siempre conviene conocer también esa cara moderna de la ciudad para contrastar con ese sabor clásico que siempre nos deja el centro histórico de Lisboa. Además de esa imagen decadente y tradicional de la arquitectura del centro de Lisboa, un poco más al norte de la Baixa existe una Lisboa moderna, una capital europea encantadora.

BAIXA POMBALINA

El centro de Lisboa, hablando en términos históricos, se articula en torno a la Baixa y las colinas que la rodean. La Baixa, conocida también como Baixa Pombalina (ya que fue el Marqués de Pombal quien se ocupó de su reconstrucción tras el maremoto que la asoló en el siglo XVIII), es la zona más representativa del centro de Lisboa.

La Baixa comienza en el norte en las Plazas del Rossio y Restauradores y es una zona extrañamente llana entre colinas. Sus calles son rectas en forma de cuadrícula. Una parte de ellas permite el tráfico rodado mientras que otras- entre ellas la principal Rua Augusta- son enteramente peatonales y presentan los suelos de pequeños adoquines blancos y negros típicos de las ciudades de Portugal.

La Baixa es hoy una zona comercial y de hostelería. Allí se pueden encontrar pequeños comercios -sobre todo de textil y algunos dedicados al turismo- restaurantes y bares, bancos, grandes cadenas de moda y tiendas con recuerdos turísticos. Y, por supuesto, turistas. La Baixa suele estar casi siempre en temporada alta asolada de turistas disfrutando de su bella arquitectura.

La Rua Augusta es la calle principal de la Baixa. Empieza en el Rossio y concluye en el Arco Triunfal que da acceso a la Plaza del Comercio y al río Tajo. El Rossio es uno de los principales puntos de encuentro de Lisboa y una de las plazas más populares de la ciudad. Desde allí -cuenta con estación de metro propia de la línea verde- se puede llegar fácilmente a la Baixa, al Chiado y al Barrio Alto, a la colina donde está situado el Castelo de Sao Jorge y a la popular calle de Portas de Santo Antao, con sus restaurantes y terrazas turísticos (no dejéis de pasar por el bar de la Casa do Alentejo, tan desconocido como impresionante).

Junto al Rossio, en un lateral de la plaza, está también el pequeño bar y tienda conocida como A Ginjinha, tradicionalísima en Lisboa por su licor de cerezas. Tomar un chupito en su diminuta barra es una obligación para el turismo en Lisboa.

Para conocer la Baixa, lo mejor que se puede hacer es pasear por sus calles sin prisa, ya sea por propia cuenta o con un tour guiado a pie por el centro de Lisboa. La ya citada Rua Augusta es la más comercial, y en ella conviven las tiendas de toda la vida con las modernas cadenas de ropa internacionales, los puntos de ventas de recuerdos y los vendedores ambulantes de baratijas e imitaciones, algunos de los cuales ponen la nota insólita cuando aprovechan también para intentar vender hachís.

En la Baixa podemos contemplar también el Elevador de Santa Justa, situado al oeste del barrio, que da acceso al Chiado y al Barrio Alto. Un ascensor de hierro forjado que ha perdido parte de su antiguo papel para comunicar dos barrios del centro de Lisboa, pero que hoy se ha convertido en una de las atracciones turísticas más populares de la zona. Las vistas del centro desde su plataforma más alta son muy recomendables.

El Parque de las Naciones de Lisboa alberga algunos puntos de referencia de la vida de la ciudad: la Feria de Lisboa, el Centro Comercial Vasco de Gama y el Oceanário

La Plaza del Comercio es una de las grandes estampas del centro de Lisboa para el turista que la visita. Es una preciosa explanada abierta al río Tajo que alberga en los edificios de fachadas amarillas que la rodean las sedes de varios ministerios y que es también el punto de reunión típico de los lisboetas para celebraciones y concentraciones públicas como las del fin de año. Desde allí, hay excepcionales vistas del río y su orilla sur, que permitirán ver los barcos que salen de la cercana estación de Terreiro do Paço.

En la Plaza del Comercio, mirando en dirección a la Rua Augusta, a la izquierda, se tendrá la colina donde están el Chiado y el Barrio Alto y, a la derecha, otra colina donde se ubican la Catedral y el Castillo de San Jorge, en el barrio de Alfama. El tranvía 28, con mucha diferencia el más popular de los que recorren la ciudad de Lisboa, comunica ambas zonas. Si se sigue hacia el este la calle por la que discurre la línea del tranvía -que en la zona de la Baixa es la Rua Conceiçao- se llegará en unos cinco minutos a la Sé, la Catedral románica de Lisboa, y en unos quince se estará en la parte más alta de la colina para visitar el Castillo de San Jorge, con extraordinarias vistas de Lisboa desde lo alto.

Entre el Castillo y el río, está el barrio de Alfama, denominado cuna del fado de Lisboa, con callejuelas pequeñas y retorcidas y casas típicas por las que es un placer perderse y callejear. Un poco más hacia el este, casi ya junto a la estación de Santa Apolonia, los sábados se podrá encontrar una de las peculiaridades lisboetas, el Mercado da Ladra, un mercadillo con todo tipo de objetos nuevos y de segunda mano.

El Parque de las Naciones de Lisboa alberga algunos puntos de referencia de la vida de la ciudad. Allí se encuentra la Estación de Oriente- diseñada por Calatrava-, el Pabellón Atlántico -sede de grandes eventos deportivos y conciertos-, la Feria de Lisboa, el Centro Comercial Vasco de Gama y el espectacular Oceanário, que es la mejor atracción para quien visita Lisboa con niños.

Todo ello, incluido en un entorno con amplias avenidas y paseos peatonales junto al río Tajo en el que han florecido también numerosos restaurantes y bares donde disfrutar de una cena agradable o una primera copa para comenzar la noche.

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