Todas las inquietudes están centradas en octubre

Si bien la política oficial de desendeudamiento permitió por un lado reducir significativamente el monto de las obligaciones en moneda extranjera, resulta notorio que también apelar constantemente a las reservas internacionales para hacer frente a estas obligaciones representa una seria restricción.

En efecto, ahora todos los cañones del accionar oficial están puestos en octubre del año próximo, cuando precisamente vence el Boden 2015 por un total de 6.700 millones de dólares que representa nada menos que el 48% de las obligaciones del próximo año (ver gráfico).

Desde el Gobierno ahora se anticipa que podrían ampliar la oferta del Boden 2024 para llegar a la cifra de 3.000 millones de dólares anunciadas para ser suscripta la semana pasada y que estuvo muy lejos de alcanzarse.

Si bien es cierto que el ministerio de Economía minimizó la falta de resultado positivo, que adjudicó a una mala coyuntura momentánea y excepcional de los mercados internacionales, lo que hizo que el precio que ofreció la Argentina no les convino a los inversores. Pero más allá de esta circunstancia, lo que realmente no logró el equipo que conduce Axel Kicillof fue atraer a posibles inversores, que muchos especialistas responsabilizan a una falta de manejo técnico, en especial en lo que hace a la promoción de la oferta del título argentino en el mundo.

Resulta, que más allá de la disputa con los fondos buitre, nadie cree que no se termine encontrando una salida definitiva a la disputa, aunque todo parece indicar que habrá que esperar al próximo gobierno para lograrlo.

En tanto, la necesidad de buscar fondos frescos se hace indispensable, más allá de los paliativos del swap con China.

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