Una generación de chicos marcada por el sobrepeso

Con sus once años y casi 70 kilos de peso, Tomás probablemente hubiera sido “el gordo” de su grado hace apenas unas décadas atrás. Hoy, aunque no puede escapar del mote, lo comparte sin embargo con al menos tres compañeros de clase y no son tantos los chicos de su aula ajenos a esa situación: sobre un total de treinta, hay entre ellos al menos otros diez con evidente sobrepeso. Lejos de una excepción, la muestra -tomada al azar en una escuela pública de La Plata- representa una realidad que viene observándose a lo largo de los últimos años en nuestro país, como en casi todo el mundo, y no deja de extenderse.

Las causas del fenómeno no son ciertamente una novedad: la tendencia al sedentarismo y al consumo excesivo de calorías ha creado una generación donde uno de cada tres chicos presenta exceso de peso y casi el 6 por ciento de ellos padece obesidad, según puso en evidencia la Encuesta Mundial de Salud Escolar.

Pero más allá de las cifras, el problema posee una dimensión que lo torna aún más amenazador: la escasa consciencia que tienen muchas familias sobre los riesgos que implica para los chicos y el enorme empeño que se requiere para poder ayudarlos. Como muestran las proyecciones de la Sociedad Argentina de Nutricionistas, cerca del 40% de los niños con sobrepeso en edad escolar se convierten en adolescentes obesos; y un 80% de los adolescentes obesos lo siguen siendo al llegar a la adultez, con todos los riesgos de morbilidad que supone esa condición.