El Zoo: ¿amenazado por activistas dispuestos a liberar animales?

Despierta alarma un ataque en la facultad de Veterinarias

En las primeras horas del lunes pasado, la muerte de un gato fue el “daño colateral” mas evidente que arrojó una incursión relámpago de militantes pro “liberación animal” en un laboratorio de la facultad de Veterinarias. Otros felinos y cobayos quedaron librados a su suerte en el Bosque platense, tal como pasó el martes con los monos del zoológico que fueron sacados de sus recintos con herramientas similares: pinzas, barretas y mazas. Ambos episodios marcan la irrupción en la Ciudad de una forma de activismo inédita en su rubro, que no desdeña los métodos violentos a la hora de perseguir sus fines. Y dispararon la polémica y un interrogante: el zoológico está amenazado por activistas dispuestos a liberar animales?.

El bioterio de la facultad de Ciencias Veterinarias está ubicado en el histórico edificio de 60 y 118, aledaño con el aula magna de la casa de altos estudios. Allí se desarrollan investigaciones con animales, que son criados con ese fin, en ese ámbito, y luego entregados como mascotas.

Entre la noche del domingo que paso y la madrugada del lunes, tres hombres irrumpieron allí tras saltar los cercos, forzar puertas y candados. Liberaron ratones, cobayos y gatos, y empaparon el lugar con nafta. Pero no llegaron a frotar el fósforo.

“Cuando estaban por provocar el incendio llegó personal de la Guardia Edilicia y atrapó a uno de los activistas” recordó Claudio Barbeito, decano de Veterinarias: “a otro lo agarró la policía, y el tercero logró escaparse. Los aprehendidos quedaron detenidos y a disposición de la justicia federal”.

Identificados con el Frente de Liberación Animal (ALF, por sus siglas en inglés), un movimiento internacional conocido por los sabotajes y acciones violentas que perpetran en países occidentales, los jóvenes -que no serían todos oriundos de nuestra ciudad- llegaron a pintar diferentes consignas en el predio de la UNLP.

“Se recuperaron cuatro gatos, algunos se perdieron y uno murió; eran parte de un experimento con anticonceptivos, tras el que iban a ser entregados como mascotas” precisó Barbeito: “de los cobayos tampoco se recuperaron todos. Es poco probable que sobrevivan a la intemperie y en un entorno urbano”.

LIBERACION Y MUERTE

“No deja de ser paradójico que intentando ‘liberar’ a los animales los condenen a muerte” expresó el profesional: “y si lograban incendiar el bioterio, como pretendían, además de destruir parte de la facultad hubieran matado a varios gatos que estaban en un cuarto contiguo y aparentemente no vieron”.

“Por suerte no había agentes infecciosos o contagiosos involucrados en ningún experimento” concluyó Barbeito.

La movida generó una amplia repercusión en las redes sociales, donde existen numerosas páginas y grupos como los de “Asamblea Liberación Animal La Plata”, “Autoconvocados por el Cierre al Zoo La Plata” y “No + experimentación con animales”, entre otros.

En algunos de ellos se cruzaron encendidas opiniones contrarias o favorables, y debates cargados de inquina entre los “animalistas” y quienes consideraban lo hecho como un atentado inaceptable y contrario a la filosofía de los movimientos que luchan por los derechos de las especies no humanas.

Estudiantes locales de veterinaria, por caso, se enfrentaron en el terreno virtual con militantes que los desacreditaron con desdén por considerarlos “especistas”.

DE LOS MONOS, NI rastros

En las primeras horas de la tarde del martes, desaparecieron de las jaulas del Zoo local tres monos tití y uno mirikiná; aparentemente, escaparon por un agujero en el alambrado, que fue cortado con pinzas y herramientas específicas.

“No se puede afirmar que fue un robo porque por ese espacio nadie puede ingresar a esos hábitats y es difícil que los animales se dejen atrapar”, señaló Diego Balducci, director del predio municipal. Ayer, el funcionario confirmó que los ejemplares no habían podido ser recapturados y su destino es incierto.

“Quienes rompieron las jaulas hicieron daño en el recinto y quizás desconocen que los monos no van a poder sobrevivir” advirtió Balducci: “están siempre calefaccionados, comen comida que les damos nosotros y hay aves rapaces que los puede atacar; realmente estamos consternados”.

Tanto los titíes como el mirikiná se hallaban incluidos en un programa de reproducción con la finalidad de reinsertarlos en sus lugares de origen. Algunos habían arribado al Bosque luego de ser rescatados de viviendas, donde los mantenían como mascotas ilegalmente.

Desde el grupo Autoconvocados por el Cierre del Zoo de La Plata se aclaró, vía facebook, que el nucleamiento no tuvo nada que ver con la liberación de los animales.

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