El discurso más moderado de Cristina en el Congreso

Cristina Kirchner bajó un cambio y todos lo notaron hoy en el Congreso. Allí, la Presidenta no solamente pronunció su discurso más moderado desde que se dirige a la Asamblea Legislativa, en 2008, sino que dejó de apelar al espíritu épico al que acostumbra el oficialismo para centrarse en temas concretos que preocupan a los argentinos, como los piquetes y los paros docentes.

A tono con la mesura del discurso presidencial, las barras apostadas en los balcones que dan al recinto de la Cámara de Diputados tampoco hostigaron a los representantes de las fuerzas de oposición, aunque fueron las únicas presentes debido al celo con que la Casa Rosada actuó -a través de las autoridades parlamentarias- para evitar el ingreso de militantes que no fueran kirchneristas.

“Si hubiera usado este tono dos años atrás, se quedaba 20 años más”, bromeaba por los pasillos de la Cámara baja un diputado massista, que no obstante hacía notar -como buena parte del arco opositor- que la Presidenta hizo pocas o ninguna alusión a la devaluación, la inflación y el narcotráfico. Aunque destacaba que la presentación transcurrió en “un marco de normalidad”.

De hecho, en contraposición a otros discursos ante la Asamblea Legislativa, en esta oportunidad la mayoría de los referentes opositores aplaudieron a la Presidenta en varios pasajes de su mensaje, como el que reclamó “legislar en favor de la convivencia social” para frenar los piquetes y el que rechazó el ausentismo docente como una grave falencia del sistema educativo argentino.

“El kirchnerismo no se si es lo mismo que el peronismo, pero se parece”, dijo la Presidenta en un momento de su discurso, en el que también destacó el apego del radicalismo a la democracia. Fue cuando se pronunció en defensa de las instituciones de Venezuela en medio de lo que definió como un “golpe suave” que a su criterio se está produciendo contra el presidente Nicolás Maduro.

La moderación de la Presidenta, que fue imitada por los militantes K dentro del Congreso, no tuvo de todos modos su correlato en las inmediaciones del Parlamento, donde decenas de personas abuchearon a legisladores de la oposición al término de la Asamblea. A esa altura de las circunstancias, Cristina Kirchner ya se dirigía hacia la quinta presidencial de Olivos