Noé naufragó en los cines

ESCENA DEL FILME DE DARREN ARONOFSKY, “NOÉ”, UNA DE LAS CINTAS QUE SE PUEDEN VER EN LA CARTELERA LOCAL

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

NOE.- Grandilocuente y fantasiosa aproximación al texto bíblico por una industria de cine que necesita desesperadamente argumentos y cuanto más espectaculares, lejanos e improbables, mejor. El realizador Darren Aronofsky aborda un tema que está a mucha distancia de sus anteriores e interesantes trabajos (“El cisne negro” fue una alegoría sinuosa), pero en lugar de aportar una mirada distinta y arriesgada, como se esperaba, decidió apostar al cine catástrofe y al festival de efectos especiales. Su “Noé” es oscuro, en muchos sentidos, con grandes altibajos narrativos, pesado en su desarrollo, un producto que acude a extravagantes resoluciones argumentales y grandotes de piedra para tratar de darle más extensión y espectacularidad a este ultimátum que recibió la pobre humanidad allá lejos. Está el arca por supuesto y el diluvio, pero la historia va insinuando que la maldad empezó con el hombre, que no se fue más y que los monstruos de ayer lamentablemente se han ido reciclando. Por suerte está Noé, un padre ejemplar, un marido modelo, pero sobre todo un super héroe imbatible a la hora de liquidar enemigos, que por otra parte, abundan en número y tamaños.

El filme de Aronofsky está lleno de muerte y sufrimientos. Sugiere que los padecimientos empezaron con la desobediencia de Adán y Eva y que nosotros, sus descendientes, la hemos seguido alimentando. Por eso algunas estampas sueltas nos llevan una y otra vez al paraíso perdido y la manzana tentadora. Noé, en el cine, naufraga sin atenuantes. (** REGULAR).

TRES BOBOS SUELTOS

LAS NOVIAS DE MIS AMIGOS, de Tom Gormican.- Son tres amigos: dos solteros y un casado que anda tristón porque su mujer hizo justicia y lo abandonó. Bajón colectivo del trío y la decisión, para solidarizarse con el dolorido, de que ninguno de los tres se va a comprometer con ninguna chica. Algo que deberían agradecer las lindas muchachas Juramento de soltería hasta donde se pueda. Pacto adolescentes de tres inmaduros. Una comedia sin chispa, protagonizada -¡otra vez!- por tres treinteañeros bobalicones que dicen tonterías a mil por hora, que se comportan como nenes de la primaria, que se hacen los cancheros hasta que, por supuesto, aparece un par de lindas señoritas que les hacen renunciar a pactos y estupideces. El planteo podría avanzar si tuviera un libretista inspirado, unos actores con gracia, una puesta imaginativa, un par de escenas divertidas. Pero, no hay nada de esto, sólo Nueva York, como siempre, pone algo de encanto ante tanta chatura. Palabras gruesas, chistes ramplones sobre el sexo, audacias verbales y pacatería visual, infaltables escenas escatológicas y un final que se quiere poner serio y romanticón y apela a una gastadísima declaración de amor con mucho público que aplaude.

Pero lo peor son sus personajes: tres impresentables que se piden permiso para poder acostarse con su chica, que se cuentan todo, que interrumpen y se meten en el cuarto cuando el otro está haciendo el amor. Al final, dos saldrán a flote, pero el esposo engañado, no. Dan ganas de abandonar a los tres. (**REGULAR)

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