Nadie quedo a salvo

El ómnibus que, desde Corrientes, trasladó a la delegación de Boca Unidos hasta Berisso, y hasta los integrantes del conjunto Celeste, fueron alcanzados, sea por los proyectiles que ayer se arrojaron en la puerta del estadio de la Villa, como por los gases lacrimógenos lanzados por los efectivos policiales.

Las imágenes registradas con el juego ya interrumpido por el árbitro, quien no encontró las garantías necesarias para continuarlo, permitieron descubrir los daños causados al transporte, y como algunos jugadores del conjunto Celeste tuvieron dificultades para respirar con motivo de las detonaciones que hicieron poco menos que irrespirable el aire.

Nada ni nadie prácticamente quedó a salvo de las consecuencias del gravísimo enfrentamiento causado ayer por los violentos en un estadio en el que, hasta aquí, no había registrado episodios de esta magnitud a lo largo de la experiencia del club Villa San Carlos en el campeonato de la Primera B Nacional.

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