Fusilan a ex convicto y buscan a un kiosquero

Había purgado 10 años por un crimen. Ahora le pegaron un tiro. A la tarde había discutido por el precio de la cerveza

LA FISCAL VIRGINIA BRAVO DISPUSO REALIZAR UNA SERIE DE PERITAJES Y ORDENÓ DILIGENCIAS PARA LOCALIZAR AL PRINCIPAL SOSPECHOSO

Marcelo Javier Vega tenía 32 años y hacía dos meses que había salido de la cárcel en la que estuvo una década por un homicidio. Anoche escuchó que alguien tocaba la puerta de su casa de Villa Elisa. Abrió. Y recibió un solo tiro en la cabeza que lo mató en un segundo. Al cierre de esta edición los investigadores procuraban determinar por qué homicidio había estado preso Vega, aunque no creen que su muerte tenga vinculación con aquello sino con algo que pasó apenas unas horas antes.

Por eso salieron tras los pasos de un comerciante que tiene un local a unos 200 metros de la escena y con el que Vega habría mantenido una disputa por algo tan nimio como el precio de la cerveza. Esa, por lo menos, es la principal hipótesis.

El homicidio ocurrió a las 21.10 en una vivienda ubicada en 423 y 23, cerca de un arroyo, donde Vega vivía solo.

No obstante, al menos un par de personas vieron al tirador golpeando la puerta y descerrajando un único disparo. Con su testimonio y lo que contaron los allegados a Vega, los policías de la comisaría Decimosegunda reconstruyeron la posible secuencia.

Fuentes oficiales aseguraron que ayer al mediodía el muchacho fue a comer un asado al taller de su hermano, en el mismo barrio, donde había otros conocidos.

“En determinado momento fue a comprar cerveza a un kiosco y le cobraron 22 pesos. Después fue de nuevo y el comerciante le quiso cobrar 25. Cuando volvió al taller y contó lo sucedido, sus amigos fueron a reprocharle esto al dueño del local”, contó un pesquisa.

De acuerdo a lo que relataron quienes estuvieron junto a Vega y frente al kiosquero, éste último les explicó que las variaciones de precios tenían que ver con “el pago de flete” y otras cuestiones, pero como a los clientes no los conformó ese argumento, el comerciante habría cerrado la disputa con un “tómensela que tengo fuego”.

Todos (y los pesquisas también) entienden que se refirió a un arma de fuego. Si esto es así, y la hipótesis certera, una vez que cerró el local el dueño habría ido en busca de tres de los vecinos que le reprocharon el precio de la bebida.

“En dos casas no había nadie, pero en la de Vega si”, detalló un jefe policial. El hombre falleció en el acto. Instantes después arribaban a la escena el jefe del Distrito Centro, Fabián Barrios, los policías de la Decimosegunda, peritos, la fiscal Virginia Bravo y detectives de la DDI La Plata.

“Por ahora, sólo son especulaciones y sospechas, pero queremos encontrar al kiosquero para escuchar su versión”, cerró uno de los investigadores.

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