César René Burry
| 6 de Mayo de 2014 | 00:00

El doctor César Burry fue un referente neuroquirúrgico de la Ciudad y fundador de una escuela que dio al país destacados profesionales. Su premisa fue superarse para buscar el bienestar de sus pacientes, valores humanitarios que hicieron que su partida fuera considerada como una pérdida irreparable.
Había nacido en San Gerónimo Sud, Santa Fe, el 11 de enero de 1924, en el seno de una familia de inmigrantes suizos. Años después se trasladaron a Tarija, Bolivia, donde su padre se desempeñó como empresario en la industria maderera y del transporte. Allí terminó sus estudios secundarios al tiempo que colaboraba con los negocios familiares.
En 1944 llegó a La Plata para cursar sus estudios de Medicina. También participó de movimientos políticos universitarios opositores al gobierno de la época. En 1946 cuando se intervino la Universidad , debió realizar algunas cursadas en cátedras alternativas.
En 1947 puso un paréntesis a sus estudios para cumplir con el servicio militar. En ese año también trabó una gran amistad con Enrique Frutos Ortiz, quien además de condiscípulo, se convertiría en cuñado.
En esa época conoció a Lidia Ortíz, su compañera de toda la vida, con quien fundó su familia, que se compuso de seis hijos, diecinueve nietos y un bisnieto.
Durante los últimos años de la carrera hizo prácticas en el Hospital San Martín, luego obtuvo por concurso los cargos de practicante menor y mayor con guardias semanales.
Se graduó como médico en los primeros meses de 1951 y obtuvo su doctorado, luego de presentar su tesis sobre “Tumores del Nervio Acústico”.
Entre 1951 y 1957 realizó su formación profesional junto al profesor Juan Carlos Christensen e interactuó con los más destacados especialistas de esa época.
También se desempeñó como subdirector del Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero y estuvo a cargo del servicio de Neurocirugía.
Luego fue neurocirujano en el Hospital San Martín, ocupó el cargo de jefe de departamento de Neurocirugía desde 1970 hasta 1985, año en el que se jubiló.
También prestó servicios ad honorem en el Hospital de Niños Sor María Ludovica y, en el ámbito privado, se desempeñó en la Clínica del Niño, Ipensa y en el Instituto Médico Platense.
Fue miembro fundador de la Sociedad de Neurocirugía de la Provincia, de la Asociación Argentina de Neurocirugía y del Colegio Argentino de Neurocirujanos.
También tuvo un destacado desarrollo como docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
Sus allegados lo definieron como alguien de personalidad austera, eficiente y capaz; un profesional que mantuvo firmes convicciones de libertad y democracia, como así también un profundo sentimiento humano y de respeto al prójimo.
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