Asombroso: un argentino "hackeo" los semáforos de la ciudad de Nueva York

César Cerruso, un hacker oriundo de Entre Ríos, explicó en un congreso internacional la manera de alterar los sistemas de automatización de semáforos

La investigación presentada por César Cerrudo, un hacker argentino oriundo de Entre Ríos, en el último congreso de seguridad informática InfilTrate, realizado en Estados Unidos, demostró cómo se pueden alterar los sistemas de automatización de semáforos que se están instalando en grandes ciudades del mundo, como las del citado país del norte, Reino Unido, Francia, Australia, China, entre otros países.

Cerrudo, que presta sus servicios a una empresa de seguridad informática, viajó a Nueva York con su notebook y un pequeño transmisor de radiofrecuencia para ver si podía introducirse en el sistema que regula el tránsito en esa ciudad. Y lo consiguió. Además, pudo instalar el transmisor en un dron (avión no tripulado) para probar que se puede alterar el sistema a distancia.

De acuerdo a los datos brindados por Cerrudo, hay más de 50.000 dispositivos de control de las redes de semáforos que son potenciales blancos para los hackers en Nueva York, Washington , Los Angeles, y otras grandes ciudades de al menos siete países alrededor del mundo.

Estos aparatos constituyen toda una novedad en materia tecnológica: son completamente inalámbricos (usan sistemas similares al Wi Fi) y de bajo costo. Mejoran el tránsito de manera muy eficiente, aunque, según aportes hechos por Cerrudo, tanto los sistemas operativos que los comandan como las comunicaciones que establecen no son ciento por ciento seguros. De esta manera, cualquier persona con algunos conocimientos en tecnología podría ingresar en dichos dispositivos y alterar la red de señales electrónicas de tránsito.

Cabe destacar que los sistemas de automatización del tránsito están formados por tres grandes circuitos.

El primero mide la cantidad de vehículos que transitan por las calles y las avenidas. Para ello se valen de distintos tipos de sensores –ubicados debajo del asfalto o en un costado– que recogen la información y la envían al segundo circuito: los puntos de acceso. Estos tienen la función de reenviar la información a la tercera instancia, que es la central de control de tránsito, una poderosa computadora que recolecta la información y, con ella, dirige al conjunto de los semáforos de la ciudad de que se trate. Así, estamos ante un sistema que funciona “en vivo”, mediante la obtención de datos de la calle y que toma decisiones de acuerdo a esa información que llega en tiempo real.

En este punto, el argentino dijo que, de hackearse los sistemas que coordinan y controlan el funcionamiento de las señales de tránsito, las luces de los semáforos – dependiendo la configuración- “podrían seguir en verde por más o por menos tiempo, al igual que con la luz roja”. Además, sostuvo que los carteles electrónicos que muestran los límites de velocidad, llegarían a exhibir las que no correspondan, lo cual podría traer aparejados trastornos en la circulación vehicular, potencialmente riesgosos para la vida de peatones y de conductores de vehículos. Asimismo, se entorpecería el recorrido de ambulancias y bomberos para enfrentar situaciones que requieren la agilización del tránsito para abrirse paso, al igual que los móviles policiales ante llamados de emergencia.

También “sería posible crear uno de los llamados ´gusanos informáticos´, que se autorreplican y que logran infectar los dispositivos que se colocan para controlar el sistema que gobierna el funcionamiento de las señales electrónicas de tránsito”, explicó a un matutino inglés

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