Robin Williams, el cómico que no pudo vencer a su tristeza
| 13 de Agosto de 2014 | 00:00

La tesis del suicidio se consolidó en el caso de la muerte de Robin Williams después de que ayer las autoridades del condado de Marin, en el norte de California, revelaran que el cuerpo sin vida del actor fue encontrado ahorcado en un dormitorio y sin evidencias de violencia física.
El cadáver del ganador de un Oscar por “En busca del destino” fue hallado por su asistente poco antes del mediodía del lunes, estaba ligeramente suspendido en el aire, colgado de la puerta de un armario por un cinturón que tenía amarrado alrededor de su cuello.
Williams, de 63 años, estaba frío, en posición de sentado y el rigor mortis que presentaba indicaba que llevaba muerto varias horas, aunque aún no se ha hecho pública una estimación sobre el momento de la noche en que sucedió el deceso.
El teniente Keith Boyd, del departamento del sheriff, fue el encargado de informar ayer a los medios el reporte preliminar de una investigación que sigue su curso.
Boyd reveló que en la habitación los agentes hallaron una navaja de bolsillo, plegada sobre su funda, cuyo filo estaba impregnado de una materia roja y seca similar a la sangre.
En la parte interior de la muñeca izquierda del comediante había las marcas dejadas por varios cortes superficiales y recientes.
El forense Joseph Cohen examinó los restos de Williams en el sanatorio del condado de Napa y confirmó la tesis inicial del ahorcamiento, al tiempo que descartó que el actor hubiera estado envuelto en algún tipo de altercado violento antes de su muerte.
Las autoridades aún tienen pendientes las pruebas toxicológicas para esclarecer si el artista había consumido algún tipo de sustancia química la noche del domingo. Los resultados de esos test podrían demorarse hasta finales de septiembre y principios de octubre, cuando podría anunciarse oficialmente la causa de la muerte de Robin Williams.
LA DESPEDIDA DE SU HIJA
Zelda Williams, una de sus hijas, publicó en su cuenta de Twitter una emotiva frase del escritor Antoine de Saint-Exupery para despedir a su padre: “Tendrás las estrellas como nadie las tiene. En una de ellas estaré viviendo. En otra estaré riendo. Entonces será como si todas las estrellas estén riendo cuando mires al cielo por la noche. Tú y solo tú tendrás estrellas que pueden reír”, escribió, y luego añadió: “Te quiero. Te echaré de menos. Intentaré seguir mirando hacia arriba”.
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