La eficacia de Laferrere fue demasiado para Camba
| 10 de Septiembre de 2014 | 00:00
Laferrere jugó mejor que Camba durante la primera mitad. Porque tuvo más tiempo la pelota y porque aprovechó bien los espacios. Y todo giró en torno al trabajo de los volantes, en especial de Hugo Pomarola, quizás el jugador más importante del encuentro.
Cambaceres, no obstante, tuvo diez minutos de lucidez. Y fueron los del arranque. La presión sobre la salida rival y las subidas de los laterales fueron claves para maniatar al local generarle algunos dolores de cabeza. A los 4, llegó la apertura del marcador. Tiro libre de Saucedo sobre el área, el rechazo defectuoso de Cafferatta, y Leandro Fernández, aprovechando ese yerro defensivo, fusiló literalmente a Leandro García.
Laferrere, con la movilidad de Brunetti y el manejo de la pelota de Marzolatti, se hizo dueño de la pelota. Y a los 16, alcanzó la igualdad, a través de un derechazo alto de Néstor García.
Camba trató de adelantarse algunos metros; mientras que el local, empezó a utilizar las espaldas de Brian Martínez para llevar peligro. A los 26, Néstor García remató cruzado y la pelota se fue apenas desviado. Y a los 28, Saucedo remató alto sobre el travesaño.
El complemento se hizo de ida y vuelta en el arranque, nomás. Porque Camba salió con mayor decisión, y porque Laferrere no se quedó atrás. A los 3, Cristian Bustos entró por izquierda y remató cruzado. Y dos minutos después, la armó bien Coassini, pero la resolvió mal Brunetti.
La evolución futbolística de Camba se hizo cada vez más notoria a partir de los diez minutos. Se adelantaron los volantes, y además, Bustos encontró espacios para construir juego. Saucedo volvió a anunciar con un remate esquinado, a los 11. Laferrere respondió de contra, a través de Palmerola, pero en el mano a mano, Volpe prevaleció primero.
Sin embargo, en el mejor momento de Cambaceres, el local consigue el segundo gol, a los 18, mediante un bombazo desde afuera del área de Néstor García.
Manzini movió el banco, pero no encontró respuestas. Luego, llegó la expulsión de Seevald, que de alguna manera condicionó el trabajo del Rojo. A los 37, llegó el tercero de Laferrere, lo que significó un mazazo a la ilusión.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE