Salió de una fiesta en Romero, iba a la casa y no llegó: lo asesinaron

Fue ayer. La víctima, un boliviano de 35 años, había estado en un casamiento. Una discusión, la principal hipótesis

EL BARRIO DEL HOMICIDIO. LA VÍCTIMA TENÍA 35 AÑOS Y FUE ATACADA A LA SALIDA DE UN CASAMIENTO

De lejos los vieron: eran tres adultos, parados muy cerca unos de otros, agitando los brazos. Algunos testigos, contaron en el barrio, no sabían si estaban jugando de manos o peleándose. De repente, dos salieron corriendo y el tercero quedó tirado solo. Cuando se acercaron a ayudarlo, el hombre agonizaba.

Se trató de un nuevo capítulo de violencia urbana, al parecer vinculado por una pelea, que se habría originado un rato antes, en los festejos de un casamiento que se realizó en 32 entre 159 y 160 de Melchor Romero.

Eran alrededor de las 06.30. Wilson Córdoba Torrico, boliviano y de unos 35 años, salía caminando de esa fiesta. Los investigadores suponen que iba rumbo a su casa, en el barrio Los Tobas.

Pero no alcanzó a llegar, porque en la esquina de 32 y 157 dos hombres lo interceptaron. Se desconoce si le reprocharon algo por lo que habían discutido antes, aunque esa parece ser la hipótesis más fuerte que tienen los investigadores.

A la víctima le dieron al menos un golpe en la cara, más dos cuchilladas: una en el abdomen y otra cerca del corazón. En el barrio llamaron al 911 y los policías a una ambulancia. Su trabajo se limitó a constatar la muerte y preservar la escena.

En las horas siguientes al asesinato hubo una serie de averiguaciones respecto de la vida personal del hombre asesinado, además de la toma de declaraciones a la gente que de casualidad pasaba por el lugar.

De esos dichos se pudo reconstruir que, aparentemente, a Córdoba Torrico no le quisieron robar, sino que los dos hombres lo habrían increpado por un tema de discusión, que empezó en la fiesta de casamiento. El motivo de la supuesta pelea no trascendió.

El operativo de rutina continuó con la autopsia al cuerpo y el trabajo de la Policía Científica, en busca del arma homicida y de algún otro rastro de los prófugos.

En el marco de ese procedimiento, en el que interviene la fiscal Leila Aguilar, le revisaron los bolsillos a la víctima: sólo tenía 100 pesos y el souvenir que le dieron a la salida de la boda.

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