Estudiantes, como debe ser
Edición Impresa | 7 de Septiembre de 2014 | 00:00
Fue superior el Pincha. Muy superior. De arranque le manejó la pelota a su rival y lo intentó arrinconar atacándolo por las bandas, preferentemente por la derecha, con Carlos Auzqui, Leonardo Jara y Ezequiel Cerutti. Por allí encontró una puerta abierta y algunos desbordes que hicieron revolcar a Juan Carlos Olave.
Pero a Estudiantes le faltó ser agresivo debajo del arco. Le costó terminar con gol una jugada clara. A los 8 minutos Román Martínez le pifió a pelota casi desde el punto del penal, a los 21 Carrillo casi se mete dentro del área por la derecha y a los 30 otro centro desde ese lugar obligó a la reacción del arquero visitante. Pero tanto fue el Pincha que tuvo su premio. No fue un jugador propio quien infló la red sino Cristian Lema. Desbordó Cerutti por la derecha y tiró el centro, que el defensor Pírata le desvió a Olave cuando quiso despejarla al córner. Iban 36 minutos y recién entonces la justicia se dio una vuelta por La Plata.
¿Qué hizo Belgrano? Nada. Apenas algunas insinuaciones de Lucas Zelarrayán, la voluntad de Julio Furch y la lejana picardía de César Pereyra. Poco en ofensiva y nada en defensa, donde sus jugadores hicieron agua. Una sombra del equipo que supo ser.
En la parte final el partido siguió igual. Estudiantes con la iniciativa de lastimar por la derecha, con un Pocho Cerutti verdaderamente decidido. Pudo ser del Chavo Desábato de cabeza, o del propio Cerutti en un tiro libre. O de Carrillo debajo del arco ante un rebote de Olave. Pero el segundo gol llegó por un taco de Román Martínez, a los 21 minutos. La pelota fue y vino de derecha a izquierda sin que nadie pudiera conectarla. Entonces Román, que había quedado de espaldas, tuvo un rápido y vistoso gesto: meterla de taco. Golazo para empezar a cerrar el partido.
Pero todavía quedaba un regalo más para el hincha. Román, en su campo, metió otro taco en la salida, pelotazo para que Joaquín Correa, de cabeza, habilitara a Cerutti sobre la derecha. El ex Olimpo corrió, pisó y enganchó al medio. Todos los defensores de Belgrano pasaron de largo y entonces no dudó en pegarle al arco. Gol y goleada en La Plata.
En el final, cuando el partido era un baile y nada hacía prever una mala noticia llegaron dos malas. Primero el descuento del Pirata por intermedio de Julio Furch, que encontró una pelota que la defensa no supo despejar luego de un centro y ante la tardía reacción de Silva. La otra fue inadmisible: la expulsión de Diego Vera a los 47 minutos del segundo tiempo. Fue por protestarle (con insulto mediante) a Néstor Pitana una infracción intrascendente. Lo sufrirá el plantel, ya que el uruguayo era una fija para viajar a Rafaela y darle descanso a Carrillo o Cerutti.
A pesar de esos lunares ganó Estudiantes. Y lo hizo con absoluta justicia, determinación y momentos de buen fútbol. De esta manera se entonó de cara al partido más importante del año, el del martes 16 contra Gimnasia por la Copa Sudamericana.
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