Moria Casan: “Amo ser una mujer real”
| 31 de Octubre de 2015 | 01:56

Por MARIA VIRGINIA BRUNO
El periodismo 2.0 avanza cada vez más y se hace fuerte cuando el ritmo vertiginoso en el que viven los famosos impide un encuentro cara a cara. Esta entrevista, por caso, se hizo por audios de WhatsApp, con preguntas y respuestas que viajaron virtualmente entre Buenos Aires y La Plata, una ciudad a la que Moria dijo “amar” porque aquí, hace más de cincuenta años, comenzó su carrera teatral.
“Es encantadora, tengo el mejor recuerdo, sobre todo de mis primeras épocas, porque en los 70 las giras comenzaban en La Plata o en Rosario, que eran los puntos de partida, termómetros de lo que al público le gustaba”, reconoció la capocómica.
Aunque, claro, su ligamiento con la Ciudad va más allá puesto que Mario Castiglione, su segundo esposo y padre de su única hija Sofía Gala, era platense. “Aunque soy de Boca tengo mi corazoncito en Estudiantes porque el padre la había anotado a Sofía en ese club cuando apenas nació”, contó Moria, como curiosidad, aunque de inmediato aclaró que “habría que corroborarlo”.
Ahora, y en el marco de una gira por el interior, la ex vedette, conductora, actriz, productora y empresaria nacida en 1946 como Ana María Casanova regresará a La Plata el próximo fin de semana (viernes 6, a las 21, en 43 entre 7 y 8) para presentar “La noche de Moria”, un show con el que retoma el género unipersonal, mostrando toda su impronta con hilarantes monólogos, acompañada por los reconocidos bailarines Flor Marcasoli, Luly Drozdek, Ale Gallego, Vero Paschiero y Lorena Liggi.
Apasionada, intensa y brutalmente honesta, esta feliz abuela de dos nietos, que se luce como jurado de “Bailando por un Sueño” (ver aparte), dialogó sin excusas ni condiciones con EL DIA. Política, farándula, vida familiar y personal, diferentes facetas que nos permiten indagar un poco más en una de las figuras más populares del país, la “lengua karateka” que escupe sin temor su verdad.
LA FARANDULA
-¿Cómo hiciste para sobrevivir tanto tiempo en un medio tan feroz como la farándula?
-El medio no me parece feroz: me parece que es un medio como cualquier otro al que muchas veces se lo pone en un lugar de “trituradora”: Te tritura si te pasás de listo, y si no te da la cabeza, ni la cintura, y si te querés hacer el estupendo o la estupenda, y no tenés con qué. Ahora, si tenés talento, si tenés permanencia, tenés la cultura del trabajo, el medio es maravilloso: te protege. Es como una batalla constante también, pero es muy energético.
-¿Pero alguna vez la pasaste mal?
-No. El medio nunca fue cruel conmigo, porque lo tomé siempre con mucho respecto y no lo banalicé. Estar en el medio significa permanecer a través de los años, que te conozcan, que nos conozcamos todos, y siempre para mí fue todo muy grato. Nunca el medio para mí fue malo ni tuve que hacer grandes sacrificios. Yo no tomo nada de lo que hago como un sacrificio: ni el trabajo, ni la carrera, ni las obligaciones. Tiene que ver con la pasión, así que para mí el medio es balsámico.
-¿Qué te dirá cuándo bajarte de los escenarios?
-A mí lo que me ha salvado siempre es el criterio realista. Si a vos la gente te elige una vez, y le ofrecés lo que ellos van a buscar, siempre te van a elegir. Te eligieron entre millones, y por algo te eligieron. Me parece que uno no tiene que fijarse una fecha de jubilación, de sedentarismo o año sabático, porque es una fecha de defunción… Uno debe estar siempre espléndido y mientras vos creas que lo que das es bueno y lo mejor, la gente te va a seguir. No depende de la edad.
-¿De qué depende?
-Yo la fui a ver casi a sus noventa años a Josephine Baker, en Madrid. Se decía “el show de la Baker” y la gente iba a ver un mito, nadie se fijaba en su edad y ella no había decretado nada. Me parece que tiene que ver con la salud, en no verte decrépito, en verte bien, estupendo. Con eso, el universo siempre va a estar a tu favor y el público también.
-¿Pensaste en qué vas a hacer cuando dejes de trabajar?
- No. Jamás pienso en el futuro ni en el pasado. Lo mío es el presente, el momentismo absoluto, el ahora. Soy predictiva pero con respecto al momento que vivo. El pasado no existe, el futuro es incierto, y no me interesa saberlo. Creo que lo voy construyendo cada día con el presente, pero no me hago ninguna predicción con respecto al futuro.
POR DENTRO Y POR FUERA
-¿Cómo te llevás con tu edad?
-Yo me llevo divino porque sino no podría hacer este reportaje ¡porque estaría muerta! (risas).
-¿Y con tu cuerpo?
-Amo mi cuerpo, soy muy narcisista. Desde muy chica, mi cuerpo es mi templo, y mi templo es sagrado. Sobre todo amo mi salud, y he hecho cosas para cuidarla: es mi caja de seguridad, mi safety box . Ha sido mi gran aliada para mi carrera maravillosa, para estar sana y no faltar jamás al teatro. Una no es la Mujer Maravilla, pero uno trabaja para eso, para prevenir. Y todo lo de adentro, después lo mandás afuera: siempre me ha gustado mi cuerpo, barroco, con mis formas, no tengo ningún tipo de complejo. Amo ser una mujer real, contundente, siempre lo fui.
-¿Qué cosas tuyas no te gustan?
-Bueno, en realidad me gusto mucho, me quiero. Pero podría decir que no me gustan ni mis codos ni mis rodillas.
-¿Cómo vivís tu doble título de abuela?
-Es ser doblemente mamá: estar metida a pleno, a full con lo que sea su crecimiento, verlos crecer, organizarles los cumpleaños… Estoy muy presente. Me aportan mucha dicha, mucha felicidad.
-Desde que Sofía fue madre, ¿cambió la relación entre ustedes?
-Si, por supuesto, todas las relaciones cambian a partir de que uno es mamá, porque recién ahí podés entender mucho más a tu madre.
-¿Qué cosas te emocionan?
-Generalmente, una persona mayor llorando o riéndose, o cuando te vienen a dar la mano y te dicen “te quiero mucho”. Enseguida me remito a mis tías o a mi madre. Me da mucha mucha emoción la gente mayor. Los venero, me parecen muy respetables, son muy dulces.
-¿Qué sentimiento es el motor en tu vida?
-La pasión.
-¿Estás en pareja?
-No, no. Tengo amigos (risas).
Cuándo: Viernes 6 de noviembre, a las 21
Dónde: Teatro Bar, 43 entre 7 y 8
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