Buscan los restos de Miguel Bru en una obra en construcción del Centro

Es en diagonal 77 y 10, por el dato de un testigo. Rastrillaron el terreno con georadar. Y la próxima semana harán excavaciones

Hace alrededor de tres meses llegó a la fiscalía de Fernando Cartasegna un dato vinculado con la búsqueda de Miguel Bru, el estudiante de Periodismo que en agosto de 1993 fue torturado hasta la muerte en la comisaría Novena y hasta hoy sigue desaparecido. Eso impulsó un nuevo rastrillaje, el Nº 37 en estos 22 larguísimos años.

Según la madre de Miguel, Rosa Bru, la pista llegó de la mano de un hombre que se presentó a decir que una mujer se le acercó para preguntarle “si él tenía alguna forma de contactarse con la familia de Miguel Bru para decirle que en una casa de la calle 10 y diagonal 77 había algo” suyo. Rosa recordó que el hombre “intentó en ese momento acercarse al lugar pero no pudo atisbar nada raro, salvo la presencia de una camioneta vieja tipo Falcon. Meses atrás pasó por el lugar y al ver la camioneta recordó lo hablado con esta mujer y se acercó a la fiscalía”.

La camioneta en cuestión es una Ford Ranchero del año 1975 que fue secuestrada en este allanamiento que se hizo ayer a la mañana, con un georadar de Gendarmería que detecta movimientos raros de suelo y se las demarca para excavar. Eso se hará la semana que viene, con máquinas especiales que no levantarán más que 20 centímetros de tierra. Mientras, el sitio quedó preservado.

ESCENARIO

En ese lugar había hasta hace muy pocos días una casa del año 1927, circunstancia que obligó a la empresa que planea construir allí un edificio a pedir un permiso municipal de demolición. Ese trámite demandó algunas semanas y demoró el procedimiento que se gestaba en secreto.

“No se podía ingresar con el georadar con las paredes levantadas y tampoco queríamos interrumpir por tanto tiempo la obra”, explicó un investigador, de modo que hicieron “vigilancia encubierta en los horarios de trabajo del obrador, para poder irrumpir antes de que comenzaran con el pozo”.

Todavía no se estableció quién era el titular de la propiedad ni quiénes vivían en ella al momento del crimen. Lo que sí llamó la atención de los investigadores es una suerte de garaje separado de la vivienda por una medianera, donde funcionaba una herrería y, por los dichos de vecinos, “casi nadie podía entrar”.

Además, “hay un montículo de tierra” que parece no haber sido removido “en muchísimo tiempo”, agregó la misma fuente. Allí habría estado resguardada la vieja Ranchera que mencionó el testigo.

Los investigadores rescataron la actitud del constructor, que se ofreció a utilizar maquinarias adecuadas a este tipo de excavaciones, en las que trabajarán antropólogos forenses.

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