Una epidemia que aún despierta muchos prejuicios y barreras

Por ROSANA TORO (*)

A 32 años del descubrimiento del VIH como causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y cuando existen tratamientos eficaces para su control, es oportuno preguntarnos qué razones llevan a la ausencia o al retraso en el diagnóstico, por qué todavía nacen niños con el virus, por qué persisten barreras discriminatorias y , en definitiva, qué podemos hacer desde el sistema de Salud y desde la población en general para aportar soluciones a una epidemia que puede ser controlada en los próximos años, pero que aún despierta muchos prejuicios y barreras injustificadas.

La infección por VIH ha impactado desde sus comienzos en la población mundial y tiene actualmente gran importancia en la Salud Pública, no solo por la forma que rápidamente se dispersó en todo el mundo, sino también por la estigmatización que aún hoy sufren las personas que conviven con el virus.

La epidemia de VIH ha evolucionado desde los primeros casos en los años ’80 y actualmente alrededor del 90 % de las infecciones están relacionadas a relaciones sexuales sin protección.

Los avances científicos han sido muy importantes. El primer gran éxito se logró en el año 1994 cuando se demostró la efectividad del tratamiento en las embarazadas. Actualmente toda mujer con VIH que espera un bebé tiene la oportunidad de recibir tratamiento y de esta manera evitar transmitir el virus al niño. Aun así, en Argentina el 4,8 % de los bebés nacidos de madres VIH positivas nacen con el virus y en la mayoría de los casos la razón es el diagnóstico tardío.

Según los datos del Boletín de la Dirección Nacional de SIDA 2015 se estima que en Argentina 126.000 personas viven con VIH, de ellas el 30 % no lo saben. Esta realidad provoca que muchos pacientes lleguen al diagnóstico en forma tardía, con un sistema inmune deteriorado y con infecciones oportunistas que comprometen su vida.

La terapia antirretroviral con la que contamos hoy es muy efectiva y puede disminuir la cantidad de virus en sangre de una persona que vive con VIH hasta niveles no detectables. El acceso a la atención sanitaria mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes y además disminuye el riesgo de transmisión del virus. Es decir, la persona con VIH que recibe tratamiento vive mejor y cuida a sus posibles parejas.

La Argentina en forma conjunta con los países de la Región ha adherido a las metas 90/90/90 fijadas por organismos internacionales como la OPS/OMS, mediante las cuales se propone que para el año 2020 el 90% de las personas con VIH estén diagnosticadas, de ellas el 90 % se encuentre bajo tratamiento y que el 90 % de estas mantenga su carga viral a niveles no detectables.

LA IMPORTANCIA DE LOS TESTEOS

Para conseguir estos objetivos es importante, entre otras cosas, aumentar la oferta de lugares de testeo para que las personas puedan acceder fácilmente a su diagnóstico.

Desde Julio del año 2014 en el Laboratorio de Salud de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP se realizan testeos voluntarios de VIH, Hepatitis y Sífilis. Todos los primeros miércoles de cada mes los interesados se pueden acercar para consultar sus dudas sobre prevención y acceder al diagnóstico en forma rápida. Son atendidas en la consulta por psicólogos, trabajadores sociales y médicos que forman un equipo multidisciplinario con los bioquímicos del Laboratorio de Salud.

El centro funciona dentro de la UNLP pero está abierto a la comunidad en general y el diagnóstico es gratuito, voluntario y confidencial. Su desarrollo surge a partir de una iniciativa de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Exactas y la Dirección de Salud Estudiantil de la UNLP y cuenta con el apoyo de la Dirección Nacional de SIDA y el Programa Provincial de HIV/SIDA del Ministerio de Salud bonaerense.

Desde su inicio, con 15 jornadas de testeo, el centro asistió a más de 700 personas, en su mayoría jóvenes, muchos de ellos provenientes de distintas provincias del país e incluso extranjeros.

En esos testeos se han detectado casos de VIH, Hepatitis y Sífilis que fueron derivados a los hospitales que articulan con el Centro para su atención gratuita en el sistema de Salud.

La experiencia es clara: ante la menor duda lo importante es la consulta, porque se puede vivir con VIH, pero para ello es necesario detectarlo. La mayoría de las personas no están infectadas y para las que lo están siempre es mejor saber, porque es el primer paso para tomar decisiones.

(*) Bioquímica. Docente de Virología Clínica de la Facultad de Ciencias Exactas. Responsable del Centro de Asesoramiento, Prevención y Testeo de VIH, Hepatitis y Sífilis de la UNLP.

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