Auschwitz: miles de turistas visitan el campo de concentración
| 14 de Febrero de 2015 | 22:07

El ambiente en la plaza central de Oswiecim está tranquilo. Los autobuses del touroperador en Cracovia, situada a 60 kilómetros de distancia, evitan pasar por la idílica pequeña ciudad del sur de Polonia. Se dirigen a aquella localidad que desde hace más de 70 años ensombrece a Oswiecim: Auschwitz. Más de 1,5 millones de personas visitaron el año pasado Auschwitz-Birkenau, el mayor de los campos de exterminio nazis: un nuevo récord. Muchos turistas que visitan Cracovia quieren ver el campo de concentración.
Como monumento, Auschwitz no deja de impresionar. “Terrorífico”, dice Finn, un alemán de 17 años quien junto con sus compañeros de curso visitó Auschwitz en el marco de un viaje de varios días por los sitios históricos de la región. “Te da miedo cuando ves todas esas gafas o zapatos y te das cuenta que pertenecían a los muertos. Esa sensación es muy diferente de cuando te cuentan lo ocurrido allí durante la clase de historia”.
Finn y sus compañeros de clase fueron invitados a pasar un par de días en el Centro Internacional de Encuentro Juvenil en Oswiecim. Maria Pedrak, vicealcaldesa de Oswiecim, conoce bien la sombra que el campo de Auschwitz viene proyectando desde hace muchos años sobre la pequeña ciudad. “Quien acaba de estar frente a las montañas de cabello de los asesinados o frente a las ruinas de las cámaras de gas no tiene ganas de visitar en Oswiecim un café o un bar. Lo entiendo”.
Hace diez o 15 años, Oswiecim todavía parecía estar atrapada en el recuerdo. Era difícil atraer a nuevos inversores porque el nombre de Auschwitz era un estigma. Actualmente, sin embargo, la ciudad, cada vez más segura de sí misma, recuerda a los visitantes que su historia no abarca únicamente los años en que más de 1,1 millones de personas fueron asesinadas en Auschwitz durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. “Oswiecim es más antigua que Cracovia”, dice Pedrak.
En el Museo del Castillo, situado en la periferia del centro histórico, se evoca el recuerdo de Oswiecim de antes de la guerra, la pequeña ciudad de Galitzia cuyos habitantes eran en gran parte judíos. Un panel en la plaza central recuerda a las familias judías que allí se dedicaban al comercio.
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