De la mano del éxito, crece el debate

La película es cuestionada por entidades que previenen la violencia de género. Un caso trágico en Alemania

El estreno de la película 50 Sombras de Grey, basada en el best seller homónimo, no sólo convirtió al film en uno de los éxitos cinematográficos más taquilleros y resonantes de los últimos tiempos. También instaló un fuerte debate, que no para de crecer en todo el mundo. En el marco de esa polémica, entidades que trabajan por la igualdad de derechos entre los géneros y en contra de la violencia contra la mujer salieron a advertir en los últimos días que la película alimenta etereotipos sociales negativos. Y hasta hubo una de ellas, en Europa, que organizó una campaña para que, en lugar de pagar la entrada al cine, las mujeres donen el dinero a una ONG que trabaje para la prevención del maltrato contra las mujeres. En el marco de estos debates, encendió luces de alarma la muerte de una joven alemana que falleció después de recibir 123 latigazos a manos de su pareja mientras ésta pretendía imitar una escena de la película bajo los efectos de drogas y alcohol.

MUJERES VULNERABLES

La principal crítica que se hace a la película es la de presentar una relación asimétrica, en la que la mujer es la más vulnerable. A través de ese vínculo, dicen los detractores de la película, se difunden estereotipos que se consideran negativos para la igualdad de derechos entre los géneros y la prevención del maltrato contra la mujer. Algunos van mas lejos y consideran que el film representa una apología de la violencia sexual, en la que aparecen escenas de abuso, acoso, allanamiento de morada y sadismo de parte de un hombre rico, poderoso y experimentado sobre una mujer sin dinero ni experiencia que sólo hace lo que el varón le pide para gratificarlo y no porque a ella también le guste.

Entre quienes piensan de este modo acerca de la película se cuenta Gail Dines, profesora de sociología del Wheelock College de Boston, líder del movimiento “50 Dollars not 50 sahdes” (“50 dólares, no 50 sombras”), que alienta a que los potenciales espectadores de la película destinen el dinero que pagarían por verla a donaciones destinadas a entidades que previenen la violencia contra la mujer. El grupo montó una protesta en Londres durante el estreno condenando “la cantidad de violencia doméstica” que la película “romantiza y celebra”.

La directora del film, la británica Sam Taylor Johnson, defendió su obra y salió al cruce de las críticas diciendo que siente que en su película “ha enpoderado a esta mujer (la protagonista) y le ha dado la última palabra de una forma muy clara”.

Dirigentes que en La Plata trabajan en la prevención de la violencia familiar piensan exactamente lo contrario. Y creen que la última escena revela que durante toda la historia, la protagonista hizo cosas que no quiso y a las que fue empujada en el marco de una relación asimétrica entre un hombre poderoso y experimentado y una mujer inexperta y sin poder (ver aparte).

EN LAS REDES SOCIALES

El de las redes sociales es otro de los ámbitos donde las críticas a la película se ponen de manifiesto con más virulencia y asiduidad. Allí, los post del tipo “50 sombras de grey es abuso” proliferan junto a la reproducción de críticas de especialistas como Luis Martínez, del diario Español El Mundo, quien sostiene que “el maltrato machista ahora adquiere la forma del sofisticadísimo y muy turbador bondage” y agrega que “cada uno de los patrones más viejos, gastados y vulgares del machismo de toda la vida se empaquetan para el consumo generalizado, libre del molesto engorro de la mala conciencia o del simple pensamiento”.

Lo cierto es que mientras los debates crecen, también lo hacen las abultadas cifras que hablan del éxito de la saga entre el público. Si los libros de la saga ya vendieron más de 100 millones de copias en todo el mundo, la película recaudó más de 60 millones de dólares sólo en Estados Unidos en la semana del estreno.

Pero mientras esto pasaba en las taquillas, paralelamente se encendía el debate sobre la violencia sexual y el abuso doméstico en el mismo país donde el propio presidente, Barak Obama, eligió hablar de la necesidad de prevenir esos problemas en la última ceremonia de entrega de los premios Grammy ante el aumento de los casos resonantes que alcanzaron a ámbitos como la Liga de Fútbol Nacional o al de las universidades.

La Liga de Protección de la Infancia de Minessotta fue una de las entidades que salió a condenar el mensaje del film diciendo que “glorifica el abuso sexual y emocional como si fuese amor”.

Entre los episodios más llamativos vinculados al estreno de la película se contó la protesta de padres en Pensilvania porque se habían repartido entre estudiantes de esa ciudad juegos del tipo “sopa de letras” que aludían al film e incluían términos como “nalgadas”, “esposas de cuero” o “esclavo”. Los argumentos de los detractores de la película vuelven de manera recurrente a un dato: se estima que en la actualidad una de cada cuatro mujeres sufre algún tipo de maltrato en el mundo.

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