Un misterio sacude a la F-1

Por EDUARDO TUCCI
OPINION

La Fórmula 1 acaba de apelar una vez más al silencio para hacer frente a las múltiples dudas que dejó el accidente sufrido por una de las principales figuras de la máxima categoría del automovilismo mundial. Suena por lo pronto inverosímil que Fernando Alonso haya sufrido “un golpe habitual de entrenamiento” y no se puedan conocer los detalles del siniestro, en una categoría que se desenvuelve a más de 350 kilómetros por hora y tiene a su alcance la más alta tecnología.

El piloto español, ahora en McLaren después de haber sido uno de los estandartes de Ferrari, se golpeó a 150 km/h en Montmeló. Pese a la absorción del impacto por parte del vehículo, ahora impulsado por motores Honda, Alonso no reaccionó por largos minutos, debió ser atendido en el cockpit y después trasladado en helicóptero a un centro asistencial donde quedó internado desde el mismo domingo.

El golpe no fue violento y el ex campeón de la categoría Sebastián Vettel, que circulaba detrás del español, puso los primeros signos de interrogación sobre las causas del despiste: “La velocidad era lenta y el auto se fue hacia la derecha, hacia el paredón. Fue muy extraño”, decía el integrante del equipo Ferrari.

Mientras los popes de la Fórmula 1 jugaban al oficio mudo -pese a contar con sistemas sumamente sofisticados para dilucidar cualquier duda-, las conjeturas que tomaron mayor relieve apuntaron a que “Alonso sufrió una descarga eléctrica dentro del vehículo” que alteró su sistema nervioso y provocó el despiste. Quienes avalaron esta posibilidad aseguraron que las mayores consecuencias en el cuerpo del español obedecieron al inconveniente eléctrico más que al golpe contra el muro.

De ser cierto el shock eléctrico, resultaría imperioso atacar el problema a fondo ya que ningún otro integrante de la F-1 estaría exento de sufrir un problema similar. En los autos que hoy integran el parque de la sofisticada especialidad, funciona un sistema de recuperación de energía KERS. Con dos dispositivos unidos al motor turbo se puede conseguir hasta un adicional de 160 cv de potencia, lo que permite economizar en el gasto de combustible hasta un 35 por ciento. Actualmente las máquinas sólo pueden utilizar hasta 100 litros de nafta durante las carreras.

Queda dicho que siguen faltando las explicaciones sobre el episodio ocurrido en los entrenamientos del domingo pasado. El propio equipo McLaren ha optado por mantener el silencio, mientras el representante del piloto español prefirió echarle la culpa al viento “que habría alterado el funcionamiento del auto provocando el despiste”, un dato para nada contundente. Para otros, en cambio, hubo un problema de salud en Fernando Alonso, que se potenció una vez que aceleró su auto, aunque esto tampoco quedó debidamente verificado.

El experto en Fórmula 1, Joan Villadelprat hace pocas horas le agregó más dudas al episodio: “Es un accidente muy extraño, como mínimo es raro”. Y advirtió: “Falta la clave del accidente, la versión de Fernando Alonso”.

El reconocido talento de uno de los volantes top del automovilismo mundial, más las condiciones normales del clima y de la pista española donde se desarrollaban los trabajos de pretemporada, tiran por la borda muchos de los argumentos esgrimidos. A todo esto, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) anunció que investigará “a fondo” las causas del accidente, aunque algo similar ocurrió con el tremendo golpe de Jules Bianchi contra una grúa en Suzuka, sin que hasta ahora haya ocurrido nada.

A todo esto, el “circo” de la Fórmula 1 sigue su curso preparando el debut de la temporada 2015, y el piloto español hace pocas horas abandonó el hospital. Pero la gran pregunta continuará flotando en el ambiente: ¿Qué pasó con Alonso?

Eduardo Tucci
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