Entre el vértigo de las “noticias duras”

Fue otra semana vertiginosa. El frente político está muy movido y todo sucede a gran velocidad. La marcha del 18F ya parece muy lejana, aunque sucedió hace apenas diez días. Es un reflejo de la velocidad con la que transcurren las cosas en la Argentina.

La noticia más fuerte de la semana fue, sin duda, la resolución del juez Daniel Rafecas. No sólo desestimó la denuncia contra la Presidenta que había hecho el fiscal Nisman y que impulsó después su colega Gerardo Pollicita, sino que lo hizo -además- en términos muy tajantes y descalificando en forma categórica la sospecha sobre un presunto encubrimiento de los iraníes acusados en la causa AMIA.

El fallo de Rafecas -que posiblemente sea apelado- ha generado distintas interpretaciones y conjeturas. Más allá de los debates, parece desarmar la idea de una suerte de “frente judicial”, porque lo que demuestra es que, en todo caso, en el fuero federal conviven interpretaciones jurídicas muy contrapuestas.

El mismo día en que se conocía la decisión de Rafecas, se concretaron cambios en el Gabinete nacional. La salida de Jorge Capitanich estaba anunciada desde hace ya algunos meses. No pareció, por lo tanto, sorprender demasiado a quienes siguen con atención los vaivenes del oficialismo. Tampoco el desembarco de Aníbal Fernández como jefe de Gabinete. Es un cambio que, en todo caso, confirma que la política es una trama de constantes idas y vueltas.

Pero quizá lo que más preocupación haya generado esta semana fue el clásico conflicto de todos los meses de marzo: otra vez, el inicio de clases quedará condicionado por un paro docente. Todo parecía encaminado para llegar a un acuerdo con el Frente Gremial en su conjunto. Pero la FEB rechazó la oferta del Gobierno y anunció una medida de fuerza desde el lunes hasta el miércoles inclusive. No sólo afectará el comienzo del ciclo lectivo sino que abre una perspectiva incierta. ¿Cómo sigue el reclamo? Nadie tiene la respuesta. Lo que sí tienen millones de familias bonaerenses es la experiencia del trauma que implica convivir con los paros docentes, además de la preocupación por las marcas que dejan los días de huelga en la educación de los chicos.

Lo cierto es que en los frentes de las escuelas ya hay carteles que anuncian para mañana una vuelta a clases por lo menos complicada.

Así empieza marzo. Aunque en el calendario todavía faltan varios días, se cierra un verano que quedó marcado a fuego por la tragedia de Nisman y la conmoción política que provocó esa muerte extraña.

Ahora empieza a andar un año que estará, sin duda, dominado por el cronograma electoral. Todo indica, sin embargo, que las alianzas, candidaturas, acuerdos y desacuerdos son -al menos por ahora- una preocupación exclusiva del microclima político. La gente mira de reojo...En este clima de “noticias duras”, este domingo podrá verse -como el célebre vestido- de diferentes colores. Media ciudad lo verá en azul y blanco; la otra mitad en rojo y blanco. Todos esperan lo mismo: que sea en paz.