Hawking, el sabio que desde su silla de ruedas paseó por el cielo y el tiempo

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

LA TEORIA DEL TODO, de James Marsh, “presenta la historia del más brillante y aclamado físico de nuestros tiempos, Stephen Hawking y su relación con Jane Wilde, una estudiante de arte de quien se enamoró en Cambridge en la década de 1960”. Está contado por ella, que escribió la novela que sirvió de base al film. Y eso explica por qué los grandes interrogantes que esa dificilísima relación amorosa plantea, han quedado desdibujadas por la evocación contemplativa y algo complaciente de una buena mujer que sostuvo (en todo el sentido de la palabra) a este sabio tan maltratado por su cuerpo. El film se ve con atención, es respetuoso y trata seriamente los muchos aspectos de una biografía tan llena de contrastes. No es lastimero ni trata de explotar la inexorable demolición física de Hawking. Pero hay delicadeza, a veces excesiva, a la hora de hablar de sexo, soledad y abandono. Porque hacía falta una mirada más profunda, saber más sobre su corazón y sus sueños, dejarnos asomar a la lucha feroz entre la inagotable cabeza y la frágil anatomía de un cosmólogo que parece haberse refugiado en el cielo al no encontrar aquí respuestas para su desesperación.

“La teoría del todo” exalta al sabio y al jefe de familia. Y es también una historia de amor, amenazada y sufrida, que pinta un cuadro humano y triste sobre un hombre tan inquieto y tan inmóvil, un genio que, a medida que se iba empequeñeciendo, lograba penetrar cada vez más en los misterios del cielo y del tiempo. Homenaje al incansable espíritu de un gigantesco luchador y conmovedora labor de Eddie Redmayne, candidato firme al Oscar por esta sobrecogedora actuación (*** ½)

MUCHOS ENIGMAS

EL CODIGO ENIGMA, Morten Tyldum.- Otra biografía, esta vez la del científico Alan Turunf, un tipo raro que descifró las claves encriptadas de los nazis, que ayudó decisivamente a salvar vidas en la guerra que pareció vislumbrar el nacimiento de la computación. Es correcta, pero no alcanza a ser un gran film. Uno extraña la falta de intensidad en estas correctas evocaciones. Lo que se ve no es reprochable, pero no va más allá de un profesionalismo impersonal. La historia por supuesto es atrapante. Hay suspenso, hay buenos momentos, la Guerra está allí y la lucha personal de este matemático, también. El hombre que debe descifrar al enemigo no alcanza a desentrañar los caninos sinuosos su propia vida. El film echa sombras sobre una sociedad inglesa que antepuso sus prejuicios a todo y que con su dañina moralina terminó aniquilando (lo que no habían logrado los nazis) a este genio huraño, áspero, difícil, frustrado, pero un héroe al fin. Sin amor, sin reconocimiento, este estudioso solitario, engreído y maltratado, al final cayó vencido a los pies de sus fantasmas y de sus inesperados enemigos. (*** 1/2)

TORMENTOS Y PERDONES

INQUEBRANTABLE, de Angelina Jolie.- Otro biopic, otra vez la guerra y otra reflexión sobre la venganza y la redención. Se parece a otro film reciente, “Un pasado imborrable”, porque nos habla de un soldado que encuentra en el perdón la mejor manera de borrar de su conciencia el rencor y las torturas padecidas. Cuenta una historia real: la vida de Louis Zamperini, atleta olímpico italoamericano y prisionero de guerra del ejército japonés, un hombre triste y sufrido que al final, cuando puede ponerse otra vez frente a frente con su verdugo, encontrará un doloroso alivio. Aprendió del deporte la autoexigencia y la disciplina. Su hermano le enseñó que no hay que doblegarse, que si uno aguanta, al final se vence. Historia de superación con la tortura en el centro. Drama personal de afirmación y conciencia que nos muestra a un hombre capaz de sublimar su martirio para dar un ejemplo de vida y entrega. Lástima, la realización. Es convencional, rutinaria, sin compromiso ni garra, una película mediocre con personajes estereotipados y resoluciones poco creíbles. (**REGULAR)

Alan Turunf
ALEJANDRO CASTAÑEDA
Eddie Redmayne
El Código Enigma
James Marsh
Jane Wilde
LA TEORIA DEL TODO
Morten Tyldum
Stephen Hawking

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