Se ahogó otro joven en Berisso y es el tercer caso fatal en una semana

Otra persona se ahogó ayer en Berisso, mientras nadaba en el Río de La Plata. Las circunstancias del trágico accidente son, como de costumbre, un misterio. Fue el tercer caso fatal en apenas una semana.

Todo ocurrió en una zona tan conocida como peligrosa de esa ciudad: la desembocadura del caño cloacal, sobre la avenida 66. En ese lugar, un chico de 14 años, que se había metido al agua junto a su hermano, fue encontrado sin vida por un equipo de rescatistas.

El hecho provocó gran conmoción en la zona, donde todavía se hablaba del hombre que, hace sólo siete días, murió por meterse al río, pese a que está terminantemente prohibido hacerlo.

Según informó un oficial de la seccional de Los Talas, con interviene en el caso, “el menor se tiró a nadar con su hermano”, sin reparar en la existencia del desagüe, que “forma una especie de olla o pozo, donde, al margen de la contaminación, hay bastante correntada”.

Si bien existen varios carteles de “Prohibido bañarse”, con los cuales se intenta prevenir accidentes, los resultados, a la vista de los últimos acontecimientos, no han sido los mejores.

Vecinos consultados por este diario indicaron que “tampoco hay guardavidas y no existen operativos o controles permanentes”, pese a los riesgos.

“La gente no hace caso y después tenemos que lamentar situaciones desgraciadas como ésta”, detalló un frentista, que vive a escasos metros del lugar del accidente, y vio infinidad de búsquedas, que han terminado de la peor manera.

Los voceros mencionaron que el adolescente de 14 años entró al agua con un hermano un año mayor que él.

Sus familiares -son de Ensenada- dejaron de verlos luego de un rato y comenzaron a preocuparse.

Los llamados llegaron a la comisaría y al lugar se acercaron rescatistas del Cuerpo de Bomberos Voluntarios y de Defensa Civil. Pero luego de un breve rastrillaje con tres gomones, ambos jóvenes volvieron a aparecer, aunque el chico de 14 años ya no respiraba.

Los gestos de impaciencia rápidamente pasaron a ser angustia y desesperación.

El dolor se hizo presente en el momento en que la noticia fue oficial y todos comprendieron que ya era muy tarde para revertir la situación.

Como el chico de 15 años estaba con vida, debió ser trasladado urgentemente al Hospital Mario Larrain. Allí quedó internado, en observación, aunque el pronóstico sería favorable.