Hojarasca: buscan evitar la obstrucción de desagües

Refuerzan operativos con más barrenderos y camiones en el casco y la periferia

Combinado con la sequía brutal que padece la Región, el inicio del otoño marca por estos días el ritmo de una aceleración en la caída de las hojas. El invalorable arbolado platense recupera de su follaje los nutrientes necesarios para afrontar el invierno y luego lo suelta, generando en las calles un paisaje que a su belleza natural contrapone el riesgo hidráulico.

En este escenario, desde la Comuna afirman que, ante la contingencia estacional, se asignarán alrededor de 600 operarios más a los esquemas de barrido urbano y suburbano.

Según las estimaciones oficiales, a lo largo de diez de los meses del año -entre mayo y febrero-, la hojarasca y los residuos que se levantan de las veredas y cunetas llenan unas 400 mil bolsas tipo consorcio, de 0,80 por 1,10 metros. En marzo y abril, la irrupción de los primeros fríos otoñales lleva esa cifra mensual a 700 mil.

En el casco histórico platense, la coordinación del barrido es compartida por el municipio y la firma Esur. El primero abarca de 19 a 122 y de 32 a 72, área en la que trabajan 280 personas en tres turnos: 6 a 12, 12 a 18, y 18 a 24. La segunda cubre el cuadrante delimitado por 19, 31, 32 y 72, con unos 60 trabajadores.

En la periferia, las delegaciones municipales en su conjunto cuentan con unos 920 barrenderos que trabajan en un único turno, en muchas ocasiones en la órbita de diferentes cooperativas. “Durante los dos meses ‘fuertes’ en el tema hojarasca, que son marzo y abril, se refuerzan sin excepción todas las dotaciones de barrido” explica Leonardo Salomone, secretario de Gestión de Residuos y Mantenimiento Urbano local.

El funcionario precisa que “en el sector del casco urbano que depende del municipio se pasa de 280 a 370 personas; y en los centros comunales, las 920 pasan a ser unas 1.400. También Esur agrega una veintena de trabajadores al personal que destina para el barrido”.

Ademas de la cuestión estacional, la caída de hojas tiene picos puntuales vinculados con la meteorología -viento, lluvias intensas, olas de frío- y las diferentes especies arbóreas: algunas son “tempraneras”, como el fresno y el crespón, y otras como el plátano, el lapacho y el tilo se toman más tiempo.

El 27 de marzo de 2013, ante la perspectiva de un fin de semana “extra” largo, (jueves y viernes Santo, puente turístico y Caídos en Malvinas), desde la Comuna se informó que no habría barrido hasta el miércoles 3 de abril. El martes 2 amaneció con toneladas de hojas secas en toda la Ciudad, producto de seis días de acumulación; por la tarde, sobrevinieron el diluvio y la tragedia.

Si bien el papel de la hojarasca en el evento fue minimizado, se admitió que “las hojas secas no provocan obstrucciones excepto que se las deje humedecer, apelmazar o mezclar con polvo”. Desde entonces los refuerzos en el barrido otoñal y su continuidad son moneda corriente.

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Son los barrenderos que recorren el casco histórico platense y las delegaciones durante los meses “pico” de la caída de hojas
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