Manejar mucho tiempo seguido, un problema latente para la columna

Advierten que, por las malas posturas corporales, las afecciones pueden ser crónicas

Estar sentado al volante durante largos trayectos y durante períodos de entre cuatro y siete horas sin interrupción puede ocasionar, tanto para particulares como para profesionales como taxistas y colectiveros, afecciones de la columna vertebral que pueden llegar a ser crónicas. Incluso según estimaciones del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia (Cokiba) con sede en nuestra ciudad, más de un 30% de los conductores expuestos a la continua tensión, o que sufren exposición constante a ruidos y vibraciones, además de las malas posturas corporales que sostienen frente al volante, suelen padecer este trastorno.

Es por esto que los especialistas en kinesiología aconsejan medidas de prevención que deberían incorporar los conductores para evitar esos riesgos y, en caso de padecer alguna patología, realizar consultas médicas y no llegar a la cronicidad de las afecciones.

“Todos los conductores de vehículos, y en especial los profesionales como colectiveros, taxistas o transportistas -señaló la licenciada en Kinesiología y Fisiatría Miriam Scarinci- están sometidos a diversos problemas que pueden alterar su sistema de salud, por estar en constante exposición a condiciones especiales que requieren de un permanente estado de atención, tensión y concentración. Si a ello agregamos las malas posturas corporales extendidas en el tiempo, nos encontramos frente a una alta probabilidad de padecer problemas en la columna vertebral”.

“Esto ocurre -explicó la especialista, jefa del Servicio de Rehabilitación de Casa Hospital San Juan de Dios- porque los conductores se encuentran la mayor parte del tiempo sentados, con las extremidades inferiores flexionadas y por situaciones propias del manejo expuestos a movimientos bruscos del cuerpo. Mantener una postura erguida estando sentado no es sencillo, y aún sin advertirlo, la postura incorrecta incluye anteposición de cabeza y cuello, hombros en antepulsión (hacia adelante), aumento de la cifosis dorsal (postura encorvada), una inclinación pélvica anterior, rotación interna de la cadera, aumento del vago en la rodilla y exceso de la pronación de la articulación subastragalina en el pie (flexión plantar), lo que suele provocar fatiga, cansancio y distensión de los ligamentos con la aparición de dolor”.

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