Grecia prepara el referendo en medio de la tensión por el corralito

El domingo, los ciudadanos votarán por “Sí” o por “No” a la propuesta de los acreedores. Sigue la restricción bancaria

ATENAS.- La batalla por los votos comenzó a todo vapor ayer de cara al referendo del domingo que podría decidir si Grecia sale de la eurozona, en medio de un ambiente de incertidumbre en el que los griegos luchan por conseguir dinero en efectivo.

Los acreedores de Grecia detuvieron las negociaciones para un nuevo programa de ayuda financiera hasta que la votación en el referendo resuelva si se aceptan las reformas propuestas por los acreedores la semana pasada a cambio de nuevos préstamos de rescate.

ANALISIS DEL FMI

Está claro que Grecia necesita un tercer rescate financiero. El FMI, uno de los acreedores en los dos rescates anteriores, anunció ayer que ese país requiere un alivio de la deuda y 50.000 millones de euros en una nueva financiación desde octubre hasta el 2018.

El análisis fue efectuado antes de que Grecia incurriera en mora el martes en el pago de su deuda de 1.600 millones de euros por un tramos de los préstamos del FMI, un día después de cerrar sus bancos. El panorama es peor ahora.

El alivio de la deuda fue una de las principales exigencias del gobierno del primer ministro Alexis Tsipras, pero chocó con una enérgica resistencia en las negociaciones con los acreedores de Grecia que, aparte del FMI, son otras naciones de la eurozona y el Banco Central Europeo (BCE).

Pero Tsipras ha insistido en que no desea más rescates que sólo involucren préstamos, sino un “pacto de crecimiento” con Europa que permita al país emerger de una depresión.

Tsipras convocó al referendo para el domingo y exhortó a los votantes a rechazar las propuestas de los acreedores, bajo el argumento de que eso pondrá al país en una posición más fuerte para negociar. Pero funcionarios europeos y la oposición griega advierten que ese resultado equivaldría a una decisión de abandonar el euro. “Las consecuencias no son las mismas con el ‘Sí’ y con el ‘No’”, afirmó el presidente francés Francois Hollande.

“De ganar el ‘Sí’, aunque sea sobre la base de propuestas que han caducado, se pueden reanudar las negociaciones e imagino que concluirlas rápidamente”, dijo durante una visita a Cotonou, Benín (Africa). “Estamos en una suerte de incógnita. Corresponde a los griegos responder”.

Hasta entonces, el país está en el limbo financiero, con bancos cerrados y retiros de efectivo rigurosamente limitados. Multitudes de ancianos, algunos con bastones o sostenidos por acompañantes, colmaron los pocos bancos que abrieron para ayudar a los jubilados sin tarjetas de débito o crédito a retirar al menos un poco de dinero.

Los bancos cerraron el lunes para prevenir la fuga de depósitos cuando Tsipras anunció el referendo. Los griegos sólo pueden retirar 60 euros por día, aunque en la práctica son 50 euros, ya que en muchos cajeros automáticos se han agotado los billetes de 20 (se entregaban tres billetes de 20). Los jubilados sin tarjetas pueden retirar un máximo de 120 euros semanales de las sucursales bancarias abiertas. “Nos estamos volviendo locos”, declaró Anisia Kaklamanou, que esperaba entrar a un banco en el centro de Atenas. “Y no sé qué hacer el domingo: votar ‘Sí’, votar ‘No’, no lo sé. Sólo sé que tengo 120 euros para arreglármelas cuando abren los bancos”.

La pregunta del referendo es si se acepta o no una propuesta de reforma presentada por los acreedores la semana pasada. Pero esa propuesta en particular ya no está vigente. Fue enmendada y quedó en suspenso al caducar el rescate internacional el martes. Desde ese día, Grecia es el primer país del mundo desarrollado que incumple un pago al FMI. La nación aspira a un acuerdo distinto con sus acreedores. Pero las autoridades europeas negociarán recién después del referendo.

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