“Todavía los veo en mi cuarto”

Con un temple que no se condecía con las amenazas de muerte que escuchaba, Carmen hizo todo lo que pudo para obtener de los delincuentes un trato humano. Pero no lo consiguió, a pesar de que los llamaba “chicos” y de que invitó a los asaltantes a que revisaran toda la casa: “Si encuentran algo que les sirve, llévenselo”, ofrecía la señora.

“Vos podés ser amigo de mi nieto”, alcanzó a decirle a uno, en clara alusión a su juventud. “Sí, él la entregó”, le espetó un ladrón, en un intento por confundirla con un argumento falso, según cree Carmen.

El trauma de que la castigaran en el robo -el primero que sufrió en 60 años viviendo allí- todavía persiste.

Es que la jubilada no puede volver a dormir en su propia cama: “No me olvido más de cómo me despertaron. Todavía los veo en mi cuarto”, aseguró. Hasta que el pánico amaine, tiene que pasar las noches en la casa de algunos familiares.

Carmen
Vos

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