“La clave de una ciudad inteligente es sostener un proyecto común”

Aunque hoy se tiende a asociar la idea de una ciudad inteligente con la de una ciudad tecnológica, “la clave no pasa por tener tecnología sino inteligencia social para sostener un proyecto en común”, sostiene Jordi Heréu i Boher, alcalde de Barcelona entre 2006 y 2011 y uno de los protagonistas de su proceso de transformación en una ciudad global.

Precisamente “Ciudades y ciudadanía en la era global” fue el tema que trajo a Jordi Heréu a La Plata días atrás. Invitado por el Centro de Estudiantes de Ciencias Jurídicas y Sociales y la Cátedra Artigas para la Integración, el político catalán brindó una charla en la UNLP donde compartió con estudiantes y académicos su experiencia como alcalde y su mirada sobre el reto que enfrentan las grandes urbes en la actualidad.

“El caso de Barcelona expresa bien la posibilidad de transformación de una ciudad para superarse a partir de la construcción de un proyecto en común, pero no es el único ejemplo. Los retos pueden ser intercambiables porque cada ciudad es un mundo, y no existen fórmulas aplicables a todas, pero sí ciertos valores universales que contribuyen a esa transformación”, asegura Jordi Heréu, quien tras dejar la función pública se dedica a prestar asesoramiento en políticas urbanas.

CIUDADANIA ACTIVA

“Lo más importante es que haya un proyecto a medio y largo plazo porque ninguna gran ciudad se hace en un solo mandato y sin tener claro para dónde se quiere ir. Pero ese proyecto no debe ser impuesto; tiene que surgir de un pacto más o menos formal de la ciudadanía, porque para concretarlo es necesario que la ciudadanía se involucre activamente con esa transformación. El resto, los recursos económicos, la tecnología... vienen después. Sin un proyecto común, sin un relato, no habrá dinero”, sostiene el ex alcalde catalán.

“Las nuevas tecnologías son un instrumento revolucionario, pero no son un valor en sí mismo sino que tienen que estar al servicio de la inteligencia social -dice-. Por eso para mí una ciudad inteligente es una ciudad que le ofrece calidad de vida a sus ciudadanos, oportunidades en el campo económico para progresar, un entorno ambiental sostenible y espacio público para compartir en libertad con los demás”.

“Para lograrlo es necesario que todos los sectores se comprometan con ese proyecto, que es en definitiva lo que genera identidad. No le pido más a una ciudad inteligente”, señala el catalán.