Cada vez se consulta más por problemas para dormir

El ritmo de vida actual, coinciden los expertos, contribuye a que lograr un buen descanso sea para muchos una utopía

Dormir no sólo es cerrar los ojos. De ese simple gesto depende nuestro rendimiento diario y capacidad cognitiva, por lo que despertarse en mitad de la noche o antes de que amanezca sin haber descansado bien es el origen de problemas de memoria, ansiedad, depresión u obesidad. Problemas que en nuestra ciudad parecen manifestarse cada vez en más personas y que tienen al trastorno del sueño como su principal causa.

“Hay más personas con problemas para dormir -dice Arturo Garay, director del Centro de Estudios del Sueño del Instituto Médico Platense-. Algunos estudios muestran que sólo un 20% de los adolescentes alcanza las nueve horas de sueño que se considera en general que deben dormir. Pero el fenómeno no se limita a los adolescentes: también se da en cerca de la mitad de los chicos en edad escolar”.

Detrás de ese diagnóstico, las causas habituales de los trastornos del sueño suelen ser varias, desde estrés, malos hábitos, sobrepeso o problemas respiratorios, hasta una vida conectada al celular. Algunos estudios recientes señalan la importancia del sueño a la hora de que los chicos fortalezcan las conexiones entre el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro; otros han estudiado cómo el sueño puede mejorar el aprendizaje o cómo el cerebro consolida y afianza conceptos nuevos o recuerdos durante el sueño.

“Dormir es fundamental para afrontar en perfectas condiciones la posterior vigilia -explica el neurólogo Hernando Pérez-. Cuando no se duerme adecuadamente hay un menor rendimiento cognitivo, baja la concentración y, entre otras alteraciones, se producen problemas de memoria, cambios bruscos de humor y alteraciones en el proceso de toma de decisiones”.

sin descanso

Los pacientes con enfermedades del sueño tienen una merma en la calidad de vida comparable a la que sufren otros enfermos crónicos. Según los expertos, dormir siete u ocho horas diarias es lo más indicado: dormir menos incrementa el riesgo vascular y dormir más, puede ser el síntoma de que se padece un trastorno del sueño.

“Cuando no se consigue dormir adecuadamente -sostiene Pérez-, no solo se ve afectada la capacidad intelectual y el rendimiento, sino que aumenta el riesgo de hipertensión y la probabilidad de sufrir un ACV o el aumento de las crisis epilépticas”.

Claro que el problema no es exclusivo de nuestra región. En la Fundación Fleni, por caso, se atienden 300 personas por mes. La misma cantidad en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Y en el Británico las consultas crecieron 300% en un año, según datos recientes brindados por el centro.

Los cálculos de quienes estudian esta problemática es que 4 de cada 10 argentinos tienen algún tipo de trastorno a la hora de conciliar el sueño. Lo que ocurre, se apunta, es lo mismo que sucedió en su momento con la sal en exceso o el colesterol alto: los argentinos comenzaron a darse cuenta de que dormir mal puede traerles graves problemas. Y así empezaron a consultar más.

“Aumentó el número ya que los pacientes están más informados y consultan con mayor frecuencia. Incluso el resto de la comunidad médica va tomando conciencia de nuestra especialidad”, se indica desde el laboratorio de Medicina del Sueño del Fleni.

Si bien en Argentina no existen estadísticas oficiales sobre la problemática, algunos parámetros dan cuenta del crecimiento: en el Fleni atendieron hace dos años a 3.300 personas, mientras que el año pasado ya fueron 4.900. En el Hospital Italiano, en tanto, atendían 5 personas por día en 2004 y, casi diez años después, ya son 20.

Médicos, policías, choferes, trabajadores de fábricas, estudiantes universitarios, chicos con problemas de crecimiento, deportistas. Los problemas para dormir ya no son exclusivos de algunas ocupaciones ni de determinadas edades. “Los trastornos del sueño son un corte transversal en la sociedad -apuntan desde el Hospital Universitario Austral-: los sufre desde un operador de Bolsa hasta un barrendero. Todos en la Argentina tenemos una gran cuota de privación del sueño. En los últimos 40 años, la sociedad perdió el 25% de las horas de descanso nocturno”.

Otros trastornos cada vez más frecuentes, según los expertos, son la parasomnia y el sonambulismo. Hablar, reír o llorar mientras dormimos es un tipo de trastorno de la conducta durante el sueño muy frecuente, en tanto que el sonambulismo resulta común en niños de entre 5 y 15 años, sobre todo si tienen antecedentes familiares.

Recuerdos
Según los resultados de un estudio elaborado por el Centro para la Cognición, Cerebro y Lenguaje, dormir bien duplica la posibilidad de acceder a recuerdos demasiado débiles para ser evocados con facilidad
Arturo Garay
Buenos Aires
Centro
estudios
Fundación Fleni
Hospital Italiano
Hospital Universitario Austral
Instituto Médico Platense
Sueño

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE