Cómo aprender y enseñar sobre la sexualidad en casa

Líneas a seguir para no caeren la vergüenza o el tabú

La estructura paterna u hogareña no funda la sexualidad pero la modela y conforma asistiendo a su constitución, por referencia u omisión. ¿Quién gana ocultando y quién se enriquece iluminando? ¿No somos parte de un mismo interés y compartimos conductas reservadas y sociales? ¿Es sano ocultar, prohibir y callar cuando la lógica dice que es bueno y saludable mostrar, permitir concertando modos y razones, hablar para evolucionar y crecer con inteligencia y ejemplo?

El corazón de un ser humano es un reflejo del mundo que lo rodea, y las variables que modifican la historia no son ni el mercar ni el consumir ni la mera reproducción fisiológica, sino el conocimiento elaborado con la razón y la confesión expuesta en las cosas simples y cotidianas. La educación sexual hace a este último concepto. Sin él, todo se reduce a un simple devenir animalesco irracional y sin sentido orgánico ni espiritual.

La naturaleza humana es maleable hasta lo increíble, y responde con exactitud y forma incontestable a diversas condiciones culturales, armónicas u opuestas. Las diferencias que existen en miembros de una misma comunidad se apoyan en la diferencia de condicionamientos, por imposición o por negación, durante la primera infancia.Y esos factores son determinantes dificilísimos de modificar o desarraigar integrados en ese medio. Los factores de poder, familiares, religiosos, sociales, míticos, producen nexos generacionales invariables, que resisten nuevos vínculos y evoluciones transgresoras al sistema civil ya consolidado. El modelo familiar tradicional que venera la monogamia, el matrimonio duradero y estable como un vínculo fundado en la castidad y la fidelidad mutuas, vientres pudorosos, castos y fecundos, relación íntima drástica y complaciente unilateral, hace a un todo irreal y fingido para un mundo actual cierto de anulamiento y transgresión fundado en esos mismos obsoletos convencionalismos. Sólo la enseñanza metódica los hace superables. El derecho une hoy lo que el amor -o su singular interpretación- pronto separa. La relación intersexual educada y comprendida, escribió Freud, hace a los seres humanos más buenos, pacíficos, trabajadores y unidos por siempre. La ignorancia y el instinto genético procuran el encuentro furtivo, solapado, brutal, en tanto asume carácter de espasmo animalesco, cuando la hipocresía elude la moral y la conciencia, el juicio y la responsabilidad cerebrada.

Quien más sabe expone, y el que ignora pregunta y discute y aprende, y aprendemos al fin todos.

Freud
Hace

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