Un “rally” en sillas de ruedas para incluir a los discapacitados

Original reclamo de la ong Acceso Ya! por la escasa accesibilidad

Faltan rampas en las esquinas; algunas de las que hay están rotas y por lo tanto no cumplen su función; las veredas son un sinfín de desniveles, baldosas flojas y obstáculos; la gran mayoría de los edificios públicos, con ingreso por escaleras, carece de acceso adaptado para la discapacidad. Esa es tan sólo parte de la radiografía de dificultades que enfrentan las personas con movilidad reducida, a quienes la ausencia de infraestructura urbana les impide conseguir la autonomía necesaria como para realizar, por caso, un trámite en el microcentro platense. Así lo demostró un “rally” en silla de ruedas que recorrió las dos manzanas de las calles 7 a 5 y 48 a 47.

El “rallydad”, como llamó a la propuesta la ong “Acceso ya”, partió desde el playón del Rectorado y recorrió 47 desde 7 hasta 5, 5 desde 47 hasta 48, y 48 desde 5 hasta 7. Participaron, en silla de ruedas, personas con dificultades motrices y personas sin discapacidades físicas. Unas mostraron “in situ” lo que significa circular por la calle cuando se tienen problemas para el desplazamiento y otras se pusieron en ese lugar y vivenciaron esa situación que, para muchos, es cotidiana.

Apenas salir del Rectorado, en 47 entre 6 y 7, la treintena de sillas de ruedas se topó con las primeras faltantes de baldosas y a partir de ahí siguieron los problemas: en el cruce de 47 y 6 hay rampas en tres esquinas y no en las cuatro, con lo que se vio, claramente, lo dificultoso que es subir o bajar el cordón de una vereda sin ese recurso; la sede del Instituto de Previsión Social -47 entre 5 y 6- que, se sabe, es un organismo al que concurren, en su mayoría, adultos mayores, tiene rampa de acceso, pero no está a la vista ni tampoco señalizada y se encuentra alejada del ingreso general a la repartición; la entrada principal de la Biblioteca Central de la Provincia, a pocos metros del IPS, es por escalera y sin rampas; el jardín de infantes del Colegio San Ponciano, en 5 y 47, tampoco está adaptado para una persona discapacitada; lo mismo la secretaría parroquial de la basílica (5 entre 47 y 48), y una sede de la facultad de Derecho de la UNLP (48 entre 5 y 6).

A lo largo de toda la cuadra de 48 entre 6 y 7, de la mano del edificio Tres Facultades, con el cerco de obra ocupando casi toda la vereda, una silla de ruedas directamente no pasa. “Esta situación debería haberse contemplado, sobre todo porque hace más de un año que empezaron los trabajos”, planteó el integrante de “Acceso ya”, Gerardo Burgos.

Además de la entidad organizadora de la movida, que realiza campañas de concientización sobre la accesibilidad en distintas ciudades del país, colaboraron en esta edición platense Cilsa (aportó las sillas de ruedas para las personas no discapacitadas), la Comisión Universitaria de la Discapacidad, el Observatorio de los Derechos de las Personas con Discapacidad y Ate Discapacidad.

Antes de iniciar la “carrera” se repartieron stikers. “Yo ocupé una parada de bondi”, “Yo tapé una rampa”, “Yo ocupé un estacionamiento reservado” fueron algunos de los calcos que se regalaban para motivar así la consciencia ciudadana. “No sólo estamos atrasados a nivel de barreras urbanas - resaltó Marilina Elgarte -, también en la actitud que todavía muestran muchas personas frente a la gente discapacitada”.

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