Un prófugo y dos que se dicen inocentes
| 15 de Noviembre de 2016 | 01:06

Brenda Blanco Rondón, esposa del prófugo Pablo Reyes, y el padre de éste, Antonio, hicieron ante el juez de Instrucción porteño Guillermo Carvajal un descargo en el que negaron cualquier vinculación con el asesinato de Nicolás Silva y aseguraron que desconocían en absoluto que allí estuviera su cadáver, informaron fuentes judiciales.
Al cierre de esta edición, a Reyes lo buscaban intensamente, ya que se dictó la orden de captura internacional.
La causa está a disposición del juez de instrucción 3, Guillermo Carvajal, y del fiscal Sandro Abraldes, que investigan el homicidio.
A ninguno le cierra que los acusados hayan soportado el olor nauseabundo del cuerpo.
Un vecino del piso de abajo, incluso, declaró que había una mancha de humedad en el techo de su casa y que el ambiente era insoportable.
“A medida que pasaban los días yo temía que estuviera muerto, vivimos una verdadera pesadilla. Ahora voy a pedir justicia por Nico, es lo único que quiero. A mi nieta de nueve años le quitaron a su papá, no hay manera de consolarla”, aseguró Marcela Neira, la madre de la víctima.
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