El punk ha muerto

El hijo del manager de los Sex Pistols quemó seis millones de dólares en recuerdos de la banda, en protesta contra el punk “de museo”: “Se ha convertido en una herramienta de marketing”, disparó

“Punk not dead”, rezan miles de paredes en la Ciudad, afirmando que el indomable género sigue vivo en la actitud de miles de jóvenes que se resisten al sistema.

Pero para Joe Corre, el hijo de Malcolm McLaren, manager de los Sex Pistols, nada está más lejos de la realidad. “El punk se ha convertido en otra herramienta de marketing para vender algo que no es necesario”, afirmó, antes de prender fuego a recuerdos de la mítica banda, valuados en seis millones de dólares, en un acto público en Londres que inspiró las lágrimas de los millones de fans del conjunto que rompió todas las reglas.

Corre, junto a su madre, la diseñadora de modas Vivienne Westwood, pieza clave del desarrollo de la estética del género, pretendían dejar ese mensaje cuando decidieron prender fuego a una extensa colección de recuerdos punk a bordo de un bote en el río Támesis, en Londres.

¿El motivo que suscitó este acto? Los festejos que se realizan en Londres en el marco de los 40 años del lanzamiento de “Anarchy in the UK”, tema seminal para el desarrollo del género, e incluyen distintas muestras que incluso tuvieron el visto bueno de la Reina Isabel II, que había declarado 2016 como “Año del Punk”, toda una contradicción si se tiene en cuenta el mensaje antimonarquía que mostraron en canciones como “God save the Queen”, la propia “Anarchy in the UK” y en la propia estética de la banda.

SEIS MILLONES EN CENIZAS

Corre, dueño de una marca de ropa interior, aseguró en el acto que su colección de ropa, afiches y otros objetos relacionados con la música están valuados en unas 5 millones de libras (6,25 millones de dólares). Y vio todo arder en llamas junto con efigies de políticos británicos.

Luego, afirmó a las personas que veían su protesta asombrados en el río Támesis que “el punk nunca ha sido y tampoco buscó ser nostálgico”.

“No podés aprender a ser punk en un taller en el Museo de Londres”, continuó el hijo de quienes fueron punta de lanza de la música punk y la moda en los años de 1970, intentando en el acto sumamente punk salvar el género de su marketinización al mismo tiempo que afirmaba su deceso bajo las reglas mercantilistas de este mundo.

“Esta es una época en la que podés comprar ‘punky nuggets’ en McDonald’s, una tarjeta de crédito de ‘Anarchy in the UK’ con una tasa del 19% anual, seguros de autos punk rock y pantalones sado de Louis Vuitton. Londres está siendo limpiada socialmente y convertida en un parque de diversiones para corporaciones, cadenas de tiendas y especuladores que no pagan sus impuestos”, protestó Corre que, de paso prendió fuego a muñecos del ex premier David Cameron y de la actual premier, Theresa May.

Westwood, en tanto, ligó el afán industrialista y corporativo de desarrollo al cambio climático y, apocalíptica, adelantó que “a finales de este siglo, en 2100, todos seremos migrantes, tratando de llegar a la parte verde del planeta” e instó a la multitud a apoyar la energía verde: “Es la cosa más importante que se puede hacer”, afirmó.

La manifestación replicó otra de las travesuras e los Pistols que, en 1977, en coincidencia con el lanzamiento del disco debut de la banda “Never mind the bollocks”, fletaron un barco y lo llevaron a través del Támesis al son del himno punk “God save the Queen”, pasando por las inmediaciones del Parlamento y de Westminster. Fueron todos presos.

FUEGO CRUZADO

La manifestación punk, sin embargo, no contó con el apoyo de otro de los rostros principales de la movida del género en los 70 thatcheristas: John Lydon, quien fuera el frontman de los Pistols bajo el alias “Johnny Rotten”, le dijo a Corre que “si vas a destruir 5 millones de libras de algo, ¿no es mejor venderlo y donar la plata a una obra de caridad?”.

Claro, el conflicto viene de larga data entre ambos, como evidenciaron las furibundas declaraciones de la voz de los Sex Pistols: “Sos un experto en lencería egoísta de mierda. ¿Por qué no prendés fuego tus propios corpiños?”, le dijo Lydon al diario inglés Metro.

Corre, militante de larga data (una semana antes había quemado una remera con la imagen de la reina frente al Palacio de Buckinghan) eligió eludir la polémica y cuando le consultaron que hubiera pensado su padre, solo dijo: “Seguramente estaría orgulloso de mí y diría que es graciosísimo.

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