La floja recaudación también preocupa

Mientras subsiste el fuerte déficit fiscal, los ingresos tributarios crecieron menos que la inflación

Pese al argumento de que la caída se produjo como una consecuencia directa de los últimos cambios introducidos en materia impositiva, lo cierto es que los datos de la recaudación de febrero generó alarma en la conducción económica. Es que en términos reales, es decir, descontada la inflación, la recaudación de febrero registró una caída.

De acuerdo a los datos dados a conocer por el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) Alberto Abad, en febrero los ingresos alcanzaron una suba nominal del 26,5% interanuales.

Es decir, que ingresaron al fisco unos $134.800 millones, frente a los poco más de $106.500 millones registrados en igual período de 2015.

ESTIMACIONES

Según distintos observadores, de esta forma, el incremento de la recaudación estuvo por debajo de la inflación acumulada en los últimos doce meses que, según coinciden diferentes consultoras, ese ubicó entre un 30% y un 32%.

Los cambios tributarios impulsados por el macrismo se hicieron notar en los ingresos por los cambios introducidos en Ganancias (ver parte) y por los derechos de exportación, que se elevaron apenas 4%.

Esto obedeció a que el Gobierno, junto con la eliminación del cepo, avanzó con una reducción total de las retenciones a las ventas al exterior tanto de granos como de bienes industriales, mientras que en el caso de la soja, propició una reducción de cinco puntos.

Un dato clave es que, como contrapartida, los derechos de importación treparon un 67% ($3.774 millones) y superaron con holgura a las retenciones a las exportaciones, que alcanzaron los $3.500 millones.

En tanto, el IVA aduanero -que tributan los bienes importados- alcanzó los casi $13.740 millones, un 70% más que en febrero de 2015.

Este fuerte crecimiento no es sólo atribuible al efecto devaluatorio. También es consecuencia de la mayor agilidad que la administración macrista le imprimió a la gestión del comercio exterior, que incluyó la eliminación de las controvertidas Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación y el fin de los cupos que imponía el Banco Central para la entrega de dólares.

Así, luego de meses durante los cuales el “cerrojo aduanero” provocó un desplome de las compras al mundo, el fin del cepo propició una “puesta al día” por parte de empresas importadoras. En esto contribuyó también el inicio de actividades por parte de las terminales automotrices, que pasaron a requerir de más partes y piezas luego de un enero flojo en el que las plantas estuvieron paralizadas.

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