“Destruí a una familia, a un pobre laburante”, dijo el acusado llorando
| 15 de Abril de 2016 | 00:37

Intentó explicar que no había otra posibilidad, que era su vida o la del delincuente que le apoyó una arma en la espalda. Entonces, cuando pudo sacar su pistola Glock .40, disparó cinco veces. Aclaró que no había mucha gente caminando por la zona porque todavía no había empezado el horario bancario. Y, cuando le contaron que uno de los proyectiles acabó de forma abrupta con la vida del cerrajero Daniel De Negris Rodao, se puso a llorar. “Destruí a una familia, a un pobre laburante que quedó en la línea de tiro”, dijo.
Así lo sostuvo el abogado Silvio Guillermo Martinero, según se desprende en la resolución del juez de instrucción porteño Luis Zelaya en la que lo procesó con prisión preventiva por “tentativa de homicidio en concurso real con homicidio, agravados por el uso de un arma de fuego de uso civil condicional”.
El abogado, según la causa, fue más lejos y sostuvo que dos familias (la del cerrajero y la suya) fueron destruidas por los delincuentes que lo asaltaron aquel día.
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