Otro caso que pone bajo la lupa judicial horas extra de la Policía
| 22 de Mayo de 2016 | 02:09

El oficial de la Policía Local que fue detenido el viernes, luego de que auditores de Asuntos Internos detectaron que figuraba como agente de la Bonaerense para percibir horas Polad (adicionales que no pueden cobrar los integrantes de aquella fuerza), fue indagado ayer y se negó a declarar, informaron fuentes judiciales.
Como anticipó ayer este diario de manera exclusiva, no sería ésta la única irregularidad que tiene a este policía como protagonista. Allegados a la causa investigan por qué figura como custodio del perímetro externo del country Grand Bell, “cuando, en realidad, tal servicio no existe”, comentaron.
El agente quedó imputado por “defraudación al fisco”, mientras Asuntos Internos avanza en el análisis de otras maniobras “cuanto menos dudosas, o desprolijas, en las planillas de horas adicionales que rendía un instituto de Abasto”. Ahí trabajaba el policía ahora detenido. Y allí se hizo el procedimiento que puso bajo la lupa, otra vez, el manejo de las horas Polad y Cores de la Policía.
EL SUBTENIENTE MILLONARIO
El 2 de marzo de este año ocurrió uno de los asaltos más increíbles que se han registrado en la Ciudad, ya que tuvo como víctimas a la mujer del intendente Julio Garro, sus cuatro hijas, y familiares, en su casa del country Grand Bell, a donde ingresaron a plena luz del día dos delincuentes que salieron de una vivienda vecina, en la que buscaron refugio después de robar dinero y joyas.
En esa finca vivía Patricio Masana, un subteniente de la Policía Bonaerense que prestaba servicios en la comisaría Primera y pagaba, con su sueldo que entonces no superaba los 14 mil pesos, un alquiler que rondaba los 40 mil y 7.000 más por expensas.
Masana tiene prisión preventiva acusado de facilitar el ingreso y la salida de los ladrones (de quienes nunca más se tuvo noticia), tenencia de un arma sin registrar y droga supuestamente para la venta, pero su historia puso en el foco de los investigadores una maniobra mucho más compleja: el manejo de los fondos por horas extras de la Policía.
Es que Masana no se dedicaba a hacer rondines, como figuraba en los papeles, sino que administraba buena parte de las horas Polad de la seccional del Centro, que tiene la caja más importante en relación con esos fondos. También quedó en la mira el Coordinador de las adicionales, ya que si el administrador completa las planillas con los datos del policía derivado a un control fijo, eleva la liquidación al Ministerio y deriva ese pago a la cuenta del agente o pasa a retirar el dinero, el coordinador supervisa y debe controlar que el número de policías asignados cumpla su tarea en los horarios y los lugares indicados.
Lo que se presume es que “se hacían figurar 20 uniformados por 10 horas; iban 5 ó 10 y por menos tiempo, las horas se liquidaban completas y cuando el agente recibía la remuneración por algo que no cumplió, debía entregar un retorno”, explicaron los pesquisas.
El viernes pasado, Asuntos Internos hizo una inspección en el instituto Alfaro, en Abasto, donde detectó que “de los tres policías que cumplían horas Polad, uno era de la Local, con uniforme de la Bonaerense” y que en la rendición por planilla, aparentemente, “figuraban varios más”.
Garganta ya citó a funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense (de donde dependen los institutos), para que brinden información sobre el tema.
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