Iba a ser padre, quiso escapar de un robo maniatado y lo asesinaron
| 24 de Junio de 2016 | 00:53

Un joven analista de sistemas fue asesinado de un balazo en la localidad bonaerense de Sarandí, donde, maniatado, intentó huir de delincuentes que lo llevaron cautivo hasta la vivienda de sus padres.
Se trata de Matías Augusto Terrón (29), quien a las 22 del miércoles llegó a la calle Necochea al 1700, de Avellaneda, donde habitualmente quedaban sus perros al cuidado de una amiga mientras él y su novia, llamada Jésica, estaban trabajando.
Mientras esperaba que le bajaran sus mascotas, Terrón fue sorprendido por al menos cuatro asaltantes que lo amenazaron con armas y se lo llevaron cautivo aparentemente en su propio vehículo, un Fiat Punto. “Nosotros nos enteramos de que algo había pasado porque la chica que le tenía que entregar los perros a mi hijo bajó y mi hijo había desaparecido. Por eso, llamó a Jésica y le contó”, afirmó Néstor Terrón, el padre de la víctima.
Se cree que los ladrones le exigieron al joven que los llevara a su casa para robarle, pero éste se negó porque allí estaba su novia embarazada. Se había enterado de que iba a ser padre el domingo pasado.
Los delincuentes le quitaron el documento y se dirigieron al domicilio que figuraba allí, en Luis María Campos al 2900, en Sarandí.
“Él sabía que nuestra casa estaba vacía, porque nos mudamos hace un tiempo a un barrio privado por cuestiones de seguridad”, dijo el padre de Matías. Mientras esto pasaba, el hombre llamó al celular de su hijo y lo atendió un hombre que se presentó como policía y le indicó que Matías había tenido un accidente en estado de ebriedad. “En el medio de la charla con este hombre escuché una frecuencia policial. Ahí me di cuenta que algo había pasado”, relató Néstor.
Se cree que una vez en la casa los delincuentes maniataron a su víctima, mientras buscaban qué llevarse. El joven logró escapar y correr aún maniatado, pero detrás suyo salieron los asaltantes, uno de los cuales le disparó dos balazos.
Uno le afectó la arteria femoral y murió desangrado. Los policías lo llevaron al hospital en patrullero, pero llegó muerto.
El coche de Matías fue hallado calcinado en Varela y Brandsen. Hay al menos seis cámaras que registran el paso del auto con los delincuentes, que están siendo analizadas.
“Yo tengo cáncer, y cada dos por tres estoy internado, el martes me hice la quimio... La vida es muy dura, pero no tenés los genes preparados para perder un hijo”, dijo Néstor.
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