Se entregó el ex barrabrava k vinculado al crimen de dos colombianos en Unicenter

El ex dirigente de Hinchadas Unidas Argentinas, Marcelo Mallo (52), se entregó anoche en la Prefectura Naval de Olivos y quedó a disposición de la Justicia, que lo acusa de haber ocultado un arma que, en 2008, la utilizaron para asesinar a dos colombianos en el shopping Unicenter de Martínez, informó uno de sus abogados defensores, José Novello.

Luego de permanecer prófugo durante tres semanas, el ex barrabrava k se presentó en la sede naval en compañía de su letrado.

La pistola Tanfoglio 40, junto a un revólver calibre 357, que le secuestraron a Mallo el pasado 3 de enero, cuando fue arrestado en su casa del partido bonaerense de Quilmes, dejó la sospecha de que habría brindado apoyo logístico a los por entonces prófugos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, condenados por el triple crimen de General Rodríguez.

En ese momento, no pudieron probar que los hubiera ayudado a escapar y la Justicia lo liberó, pero las armas quedaron en poder de las autoridades.

A fines del mes pasado, el juez platense César Melazo había ordenado la detención de Mallo, después de que su colega de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, hiciera peritar el arma encontrada en poder del ex prófugo, y determinó que podría ser la que fue utilizada para disparar los proyectiles que mataron en el garage del Unicenter de Martínez (San Isidro), en julio de 2008, a los dos narcos colombianos Héctor Edilson “Monoteto” Duque Ceballos y Jorge Alexander Quintero Gartner.

El abogado de Mallo, José Novello, declaró a días de la fuga que su cliente tenía “la decisión de entregarse” a la Justicia “en dos días” y negó, a su vez, que fuera “la mano armada” del ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, según lo había vinculado Lanatta.

Mallo, quien admitió conocer al ex funcionario kirchnerista, había afirmado que apuntaban contra él “desde lo político, como chivo expiatorio”.

FUERTE CONTROVERSIA

La investigación, en la que surgieron serias sospechas de encubrimiento judicial que hasta provocaron la suspensión del fiscal general de San Isidro Julio Novo y, un pedido de juicio político para el juez Melazo, estuvo trabada durante años.

También desencadenó la renuncia del fiscal de Brandsen, Mariano Sibuet, a cargo de la causa que investigo la fuga del penal de General Alvear, quien -al igual que el magistrado- recibieron duras críticas de las máximas autoridades del área de Seguridad de la Nación.

La sospecha es que pudieron haber encubierto a Mallo para que se profugue.

De hecho, aún no se aclaró si la demora en ordenar su detención no fue un intento por favorecerlo.