Una oda al asado, lo nuevo de Cohn y Duprat
| 20 de Septiembre de 2016 | 03:18

Tras su exitoso paso por Venecia con “El ciudadano ilustre”, los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat llegaron al Festival de San Sebastián con “Todo sobre el asado”, un desopilante documental sobre el mito de la carne argentina, el arte del asado y todo un folclore “kitsch” y peculiar que lo rodea, en el que además de hacer un exhaustivo estudio antropológico, invitan al público a reírse de sí mismo y de esa parte tan célebre de la “argentinidad”.
Esta coproducción con España propone un profundo viaje al corazón de “lo argentino”, tomando como eje el ritual que rodea al asado y los asadores, partiendo desde la historia de la llegada de las primeras vacas a la región y desarrollando una suerte de enciclopedia variopinta sobre mataderos, matarifes, carniceros, asadores, cortes típicos, distintas maneras de asar y de comer, revelando con originalidad y humor uno de los rasgos esenciales de la identidad nacional.
Cohn y Duprat compiten con este documental atípico e irreverente en la sección Culinary Cinema del festival donostiarra, a donde llegaron después de una exitosa presentación en Venecia de su ficción “El ciudadano ilustre”, recientemente estrenada en Argentina y que le valió a su protagonista, Oscar Martínez, la Copa Volpi al Mejor Actor.
Los realizadores admitieron que la clave de la película es que “el espectador es cómplice de nuestro humor y reconoce el código de nuestros trabajos anteriores, tanto en cine como en televisión. Obviamente que contamos con un espectador activo y dispuesto a llevar adelante este ejercicio, esta gimnasia que muchas veces termina en risas”.
“Siempre tuvimos un interés real por el fenómeno que existe alrededor de comer y hacer un asado”, afirma Mariano Cohn sobre la génesis del documental, y agregó: “Indagar y poner en cuestión está práctica tan argentina de alguna manera nos llamaba a hacer una reflexión más grande, el asado como excusa para hablar de lo argentino. Esa es la búsqueda, un viaje de exploración, mirarnos a nosotros con una lupa gigante”.
La cinta cuenta con el relato en primera persona a través del humorista “El Negro” Álvarez, “un bastonero al servicio de la película, una suerte de narrador y protagonista muy filoso”, afirma Gastón Duprat sobre el rol del cómico.
“Es una autoridad a la hora de hablar de asados”, afirma además. “De hecho él confiesa haber comido más de 3.000 asados en su vida lo que significaría algo así como 2.000 kilos de carne”.
“El Negro remite a una época muy glamorosa del humor, de los capocómicos vieja escuela, que son una raza en extinción. Además el tono cordobés le aporta un extra a la película, porque tiene una música única y le da un carácter federal al asunto”, agrega.
CUESTIONAMIENTO
Como en “El ciudadano ilustre” y buena parte de la obra de los cineastas, lo familiar y cotidiano es mirado con distancia, una distancia que provoca un efecto humorístico incisivo sobre las costumbres argentinas más expandidas. “El dispositivo de poner en entredicho y descarrilar un tema de interés nacional, algo que nos es cotidiano, y sacarlo de contexto, resultaba eficiente para generar humor”, dice al respecto Duprat, para quien “los mecanismos por los que el público puede tomar la película como algo humorístico tienen que ver con una búsqueda que se puede asociar mucho con nuestros trabajos anteriores, con el programa Televisión Abierta, Cupido, Yo Presidente, y también si querés con la película “El ciudadano ilustre”. Todos estos trabajos tienen una fuerte búsqueda desde lo estético y lo discursivo”.
La cinta, afirma Cohn, ofrece una mirada irónica y punzante sobre la “argentinidad”: “Tiene un tipo de construcción autodestructiva, algo que todo argentino tiene latente y que nos caracteriza. Y de alguna manera la película se encarga de encender la mecha. Es imposible no reconocer o sentirnos tocados con la película”.
“Hay un único motor que tiene que ver con un interés genuino por retratar personas, escuchar su discurso y observarlas sin intervenir en la escena”, agrega el cineasta sobre la mirada de su obra sobre lo popular, que ha sido tan celebrada como criticada. “No vemos lo kitsch como una cosa particular de este tema del asado. Cualquier cosa de la realidad que sea retratada con estas premisas tan simples y elementales, va a dar siempre bizarro o absurdo. No hace falta forzar nada”.
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