Una Estrella que se iluminó en Berisso
| 5 de Septiembre de 2016 | 01:27

Por
LEANDRO DUBA
COMENTARIO
Con una enorme sonrisa que le dibujaba su rostro, Juan Sebastián Verón llegó al predio de Estrella a las 14:39. Dejó su camioneta Ford Ranger negra en el estacionamiento, descendió, saludó y con el bolsito en mano, se dirigió hacia el sector de vestuarios ante la atenta mirada de particulares, chicos, allegados y personal de seguridad.
A las 15:01, mientras se desarrollaba el partido de reserva, los jugadores de Estrella, acompañados por el “profe” y el entrenador Christian Serrano, se ubicaron en un sector del recinto (detrás de uno de los arcos) para iniciar la entrada el calor.
La Brujita, con pechera verde fosforescente (con el número 4 en su espalda), se movió a la par de sus compañeros y le dio intensidad a cada desplazamiento.
El momento de ingresar al campo de juego llegó a las 15:28, mientras San Lorenzo llevaba algunos minutos de espera. Provino el saludo de los protagonistas, el sorteo y el pitazo de Diego Tadiello para que la pelota empiece a rodar.
LA CALIDAD INTACTA
De entrada nomás, el presidente de Estudiantes, con la número 11 en su espalda, se plantó de “doble cinco” y se encargó de todas las pelotas paradas. Y en cada una de ellas, exhibió su pegada característica, milimétrica y picante.
En el primer tiempo, Estrella intentó imponer su juego, aunque se topó con un rival inteligente, rápido y atrevido, que le jugó de igual a igual, y hasta generó las mejores opciones de gol.
Dejó jugar con libertad a Verón, y pregonó un juego punzante, que puso en aprietos en varias ocasiones al dueño de casa.
Ante estos momentos de incertidumbre del equipo, le Brujita empezó a dar indicaciones y a acomodar las líneas, sobre todo del medio hacia adelante. Fueron casi permanentes y precisas. “No lo cierres mucho, David”, fue el grito de Verón hacia Eslaibe (le atajaron un penal a los 12 minutos), después de un tiro de esquina.
“Vení, hacelo corto y cerrate”, fue otra de las indicaciones para Enzo López. A los 33, jugada por derecha de la Brujita, pase corto para Marcelo Villalba y habilitación para César David Eslaibe, que remató cruzado. Estuvo cerca. Y a los 43, el emblema de Estudiantes recibió una fuerte infracción de atrás, por parte de Lucas Méndez, que lo levantó por los “aires”. Por sus gestos y mirada, no le gustó en absoluto que lo hayan “revolcado”, pero se mantuvo en silencio y siguió como si nada hubiese sucedido, aunque aguardaba la amonestación de Tadiello.
GOL Y DELIRIO
Refrescar algunos conceptos durante el entretiempo le vino muy bien a Estrella. Porque se paró unos metros más adelantado, respecto del primer tiempo, y logró que el rival jugara lejos de Rodrigo Naón.
Y en ese período, Verón tomó mayor protagonismo, quizás el que no tuvo en la parte inicial. Acomodar a sus compañeros e indicarles algunas cuestiones posicionales fueron una constante. “Jugá simple”, le tiró a Damián Cufré, después de “enredarse” con la pelota. “Cerrá, venite para adentro”, otra de las indicaciones para Federico Eugui, cuando el juego se desarrollaba sobre el sector opuesto.
A los 40 llegó el momento sublime del partido, el más esperado por todos. Damián Cufré, en velocidad, armó la jugada por la derecha; César Eslaibe remató y el balón “reventó” el travesaño; Marcelo Valdez cabeceó de aire, el arquero Germán Di Benedetto no pudo contener, y el rebote lo capitalizó la Brujita Verón, que sólo la tuvo que empujar para marcar el gol del triunfo. Delirio, brazos al cielo, debut ganador y triunfo asegurado.
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